Las fiestas de Santa Marina concluyeron ayer con una de las tradiciones más arraigadas en la parroquia: el popular concurso de siega, que contó con diez participantes llegados de toda Asturias y en el que se impuso, por segundo año consecutivo, José Luis Cristóbal, "el Roxu", ganadero de Cangas de Onís que destacó por su buen hacer en las dos partes del certamen: el cabruñado y la siega propiamente dicha.

Tras él, se clasificaron Manuel Roza, de Libardón; Juan Ramón Sánchez y Rubén González, ambos de Infiesto, y José Manuel Vallín, de Villaviciosa.

El jurado, integrado por Javier Álvarez, Abel Zapico, Joaquín Fuente y Juan Pinón, destacó el alto nivel de los participantes: "Estuvo muy reñido porque todos lo hicieron muy bien; en el cabruñado tuvieron todos una nota altísima", aseguró Álvarez.

El cabruñado se hizo en la parte alta del prau de la fiesta y, posteriormente, cada participante segó su calle y apiló la hierba en tres montones. Este año la hierba estaba en condiciones inmejorables para segar.

La parroquia cerraba así el programa de fiestas en la misma jornada en la que se repartieron el bollo y el vino, y se celebró la merienda.