El caso de Gema Solanas, peregrina recién alojada en el albergue de la casona María García San Miguel de la Pola, empieza a ser bastante habitual. "Pensaba ir por la costa, pero en Villaviciosa, viendo que era muy difícil encontrar un sitio para dormir, decidí venir por aquí", aseguraba recién llegada al edificio. El tramo que pasa por la Pola, aunque está reconocido oficialmente y muy bien señalizado, es de enlace entre el Camino de la Costa y el Primitivo, y es algo menos conocido y transitado.

No obstante, quien lo visita siempre queda encantado de haber tenido la experiencia. Y todos coinciden con Gema Solanas en que "está muy bien señalizado". Ella es asidua del camino. Otros años hizo el francés desde León, parte del Camino del Norte y el Portugués.

Por su parte, la pareja formada por Jon Idígoras y Amaia Aseguinolaz, de la localidad guipuzcoana de Legazpi, recaló en la Pola de una forma muy distinta, pero no menos enriquecedora: están haciendo el camino en bicicleta. Partieron de Bilbao y su paso por la Pola era la quinta etapa. Basaron su trazado en la guía de un ciclista experimentado y no se han arrepentido.

"Yo había hecho el francés y me gustó mucho; lo hacemos en bicicleta porque no tenemos muchos días", señala Jon, que considera "durísimo" caminar.

La experiencia ha sido muy buena para los dos, que gracias a la ruta están descubriendo Asturias. A la Pola llegaron desde Garaña, y se mostraron "muy sorprendidos" cuando vieron la villa, porque se esperaban un pueblo mucho más pequeño. Y Asturias, conforme la han ido descubriendo, les ha gustado mucho.