Ni el suelo estaba tan perfectamente pulido como el de la neoyorkina Christie's ni la pasarela acaparaba tatos flashes como la de Milán. Eso sí, la primera subasta de ganado élite de Llanera, celebrada ayer en el ferial de Ables, consiguió concentrar la atención de centenares de ganaderos. De hecho, más de uno se llevó una alegría con las altas cotizaciones que obtuvieron las reses. Y también algún susto, sobre todo a cuenta de "Pastora", una vaca que se puso un poco "nerviosa" al subirse a la peana de subastas, se descontroló y llegó a embestir contra las vallas de protección en las que estaba parte del público. Afortunadamente, no hubo heridos, y el suceso quedó en la anécdota de una actividad que ganaderos y organización calificaron de "éxito".

La subasta de ganado tuvo lo que uno se puede esperar en estos casos: pujas, tensión, gritos, murmullos, adrenalina, teléfonos móviles ardiendo... Y es que la venta fue, en muchos casos, un auténtico frenesí. Además, desde el comienzo. El primer lote a concurso era una espectacular pareja de bueyes de la ganadería gozoniega de Germán Albuerne. Con un precio de salida de 5.000 euros, y tras unas tibias subidas de precio de 50 euros, los animales fueron adjudicados a Alimerka por nada más y nada menos que 18.000 euros.

"Son una pareja estrella. Da gusto pujar cuando el género es tan sumamente bueno, y también apoyar el Ayuntamiento en esta iniciativa, que espero primera de muchas", destacó Begoña Santos, representante de la cadena de supermercados que espera tener en sus lineales estos productos una vez maduren durante unas semanas en sus cámaras frigoríficas. "Todavía no sabemos en qué centros se venderán, intentaremos que se repartan por diversos puntos de la geografía asturiana", apuntó.

También de Gozón llegaron algunas de las piezas más codiciadas. De la prestigiosa ganadería de Badiola, más concretamente. Y es que, como ya había advertido la organización, las vacas frisonas de los de Peñas fueron de los animales más codiciados. Así, "Badiola Defiant Megatola", "un animal procedente de una de las familias que más premios concentran", como así aseguró el experto genetista Avelino Souto, se subió a la pasarela del ferial con un valor de 2.500 euros y, pocos minutos después, pisó el prao de Ables con una plusvalía de 5.500 euros. "Estoy contento pero no puedo hablar, quiero pujar por más animales", acertó a decir su comprador, el lucense Carlos Díaz, que apenas se detuvo a rellenar el compromiso de compra para volver a participar en la subasta.

"Es un auténtico éxito, no se puede decir otra cosa", destacó el alcalde y concejal de Medio Rural, Gerardo Sanz, en el frenesí de una la subasta, seguramente la primera de muchas, que se prolongó hasta bien entrada la noche.