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"Trabajamos para los cacos", clama un hostelero de Lugo tras un asalto

"Hacen falta más efectivos policiales; la videovigilancia no sirve", señala Inocente Aparicio, que ahuyentó a los ladrones a gritos desde su casa

El establecimiento, con el cristal por el que entraron los cacos tapado con papel, ayer. A. F. V.

No hay vacaciones en agosto para los cacos. Ni descanso para la hostelería. Tras unas semanas "tranquilas", al comercio de Lugo se le volvieron a encender ayer todas las alarmas. ¿El motivo? un nuevo robo. En este caso le tocó a la céntrica sidrería Mayte, a la que los ladrones accedieron como viene siendo habitual en la localidad: reventón de luna y para dentro. En esta ocasión los delincuentes "sólo" pudieron llevarse la recaudación de una tragaperras, ya que tuvieron que precipitar su huida, alertados por la alarma del establecimiento y los gritos de su propietario, que residen encima del restaurante. "Estamos totalmente indefensos. Acabamos trabajando para los cacos", lamenta el empresario.

Los hechos tuvieron lugar en torno a las 4.00 horas de ayer en la sidrería Mayte, ubicada en el céntrico cruce entre las calles Lago Enol y José Manuel Bobes. Los ladrones, valiéndose de la tapa de una alcantarilla, rompieron una de las lunas del establecimiento para acceder a su interior.

El impacto hizo sonar la alarma, que alertó Inocente Aparicio, propietario del establecimiento que reside en el piso justo de arriba. Según su relato, el hostelero se asomó a la ventana, gritó y vio cómo dos individuos, "bajitos y encapuchados" entraban a toda prisa "en un coche pequeño y rojo" y se iban a toda velocidad.

La "visita" se saldó con un cristal roto y el robo de la recaudación de una máquina tragaperras. Con éste, Aparicio ya ha sufrido "entre cuatro o cinco" robos. "Cuesta llevar la cuenta", lamenta el empresario, quejoso con la falta de vigilancia. "Instalaron las cámaras de videovigilancia, y de momento como si nada. Lo que hace falta es más presencia policial", clama el hostelero sobre la escasez de efectivos policiales en la zona.

"Desde que les llamé, la Guardia Civil tardó 20 minutos en llegar. ¿Cómo van a detener así a los ladrones?", se pregunta con indignación el afectado, que al mediodía de ayer todavía no había recuperado totalmente la normalidad en su local. Visiblemente enojado, el hostelero urge a la administración que dote de más efectivos policiales al concejo: "Aquí nadie toma medidas y los empresarios estamos totalmente abandonados. Lo de este pueblo es un auténtico caos. Siempre estamos igual".

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