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Lugones tira de negativo y papel para celebrar el Día de la Fotografía en Siero

El fotógrafo riosellano Jonathan Hevia quiere "concienciar del valor" de la imagen impresa

Jonathan Hevia muestra el negativo, que aparece positivado en el móvil.

La fotografía analógica está en auge y así lo reivindicó ayer en Lugones la Mamut, que es una de las cámaras de mayor tamaño del mundo. Tras el objetivo está el prestigioso fotógrafo riosellano Jonathan Hevia, que continua con la tradición familiar que inició su bisabuelo Jesús y siguieron su abuelo Aureliano y su padre Pedro Hevia.

Carolina Nerea Álvarez se prestó a ejercer de modelo y ser retratada desde el interior de esta caravana, convertida en enorme cámara fotográfica a través de un sistema tan simple y rudimentario como eficaz. Pues a través de un pequeño orificio con un objetivo entra la luz y la imagen invertida, que se proyecta sobre un cristal doble con un marco de madera que se acerca o aleja para enfocar, queda plasmada sobre el papel tras unos cuatro segundos de exposición. Pero para descubrir el retrato antes hay que introducirlo en revelador, fijador y agua. El resultado es el negativo. Las nuevas tecnologías ayudan a positivarlo. Con una aplicación en el móvil es suficiente para comprobar el resultado. Recupera la esencia y la magia de la fotografía.

"La idea es volver atrás y descubrir cómo es el proceso de la fotografía, recuperando el papel", resumió la concejala de Cultura, Aurora Cienfuegos, sobre esta actividad con la que Siero celebra el Día Internacional de la Fotografía, que se conmemora mañana domingo.

Jonathan Hevia puso en marcha este proyecto para "concienciar del valor de la fotografía en papel", pues considera cada una de estas imágenes como "tesoros".

Recuerda el placer de deleitarse con una caja llena de instantáneas antiguas, con su olor, tacto y recuerdo de momentos pasados. Para este reconocido fotógrafo no es comparable con los archivos digitales que se guardan en el ordenador o en la nube, porque no se imprimen.

Este proyecto surgió al descubrir una imagen en la que su bisabuelo fotografiaba a un grupo de mujeres, ayudado por su abuelo, con una cámara minutera. Quiso una como aquella y como no la encontró, la hizo él mismo. En sus talleres muestra cómo se pueden captar instantáneas con una simple caja. Ese espíritu se mantuvo ayer muy vivo en Lugones.

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