No hicieron falta los paraguas, pero por poco. Pareció que la divina providencia dio un respiro a Pravia ayer, en las horas del mediodía, abriendo el cielo de par en par para que los vecinos pudiesen procesionar con el Santísimo Cristo de la Misericordia, su talla más venerada y querida con la Virgen del Valle, a la que honrarán mañana. Un día de fiesta que es la jornada más especial del año para muchos pravianos como María Dolores Menéndez de Regueras: "Al Cristo le tengo una devoción muy grande, no pude venir a la misa pero a la procesión no falté".

La Banda de Pravia inició la festividad con un pasacalles previo a la misa solemne que acogió la Colegiata, presidida por el párroco Miguel Ángel García Bueno, quien explicó el simbolismo de la cruz para los cristianos. "Jesús como hombre entrega la buena noticia de la salvación a todo el género humano, su paso por la cruz es la redención, fruto de la salvación, a la participación de la gloria de dios". El sacerdote se estrenó en la misa del Cristo cuando está a punto de cumplirse un año de su llegada a la parroquia y se quedó gratamente sorprendido con la cercanía de los pravianos al Cristo.

Y todo tiene su explicación. "Es un día muy especial y se le tiene mucha devoción al Cristo, como a la Virgen del Valle, porque es la celebración patronal, son lo más importante para los pravianos y los protectores del concejo", afirmó Salomé Hernández al finalizar el paso religioso que dio paso al vermú del Cristo, menos concurrido que en años anteriores a causa del mal tiempo.

Con todo, los pravianos disfrutaron de la jornada festiva que también contó con un desfile gigantes y cabezudos que conquistó a los más pequeños, la carrera ciclista "El Cristo de Pravia" y una gran verbena con "París de Noia" y "Tekila" que se alargó hasta la madrugada.