Adela, Mabel y María José Ruiz no pudieron ayer aguantar la emoción después de años luchando por ver reconocido el trabajo de su padre, José María Ruiz Menéndez "El Practicante", fallecido hace más de cuarenta años y a quien Grado honró con la inauguración de una placa en su recuerdo en la fachada de la residencia de ancianos. "No había caleya o distancia que se te resistiese y el frío lo pasabas con periódicos en el pecho pero el verdadero frío era la pobreza de las casas que atendías", dijo Adela al recordarle.

El homenaje fue impulsado por el moscón Ángel López, conocido de la familia, y después de intentarlo varios años consiguieron que el Pleno aprobase por unanimidad su homenaje, con dirigentes locales presentes.

Ruiz fue sanitario de la Cruz Roja en el concejo y atendió a cientos de moscones, los que podían pagarlo y los que no, porque si algo tenía "El Practicante", era bondad y altruismo. De hecho, su hija Adela recordó cómo ayudó a un pequeño que había nacido sin brazos ni piernas y su familia se quería deshacer de él: "Teníamos prohibido entrar en la habitación y lo vimos con un biberón, a la semana la familia vino a pedir perdón y fue hospitalizado en Oviedo, aunque falleció al tiempo".

Las hermanas Ruiz, a falta de la mayor ya fallecida, Marta, celebraron el homenaje de Grado a su padre con emoción y alegría. José María Ruiz "El Practicante" será recordado por siempre en la placa homenaje.