Entre la gran variedad de frutas, verduras, hortalizas y otros excedentes del campo que se ofertan cada martes en el mercado de Pola de Siero se encuentran los fisalis. Es una baya carnosa, con forma redondeada y de color anaranjado intenso, recubierta por un cáliz formado por cinco sépalos.
Su cultivo es originario de América del Sur, aunque la sierense Conchita Rodríguez explica que en el concejo "de dan muy bien". Requiere "sol y el agua que llueve". No precisa demasiados cuidados este arbusto que conoció a través de unas vecinas, que fueron las que le facilitaron la planta. Esta vendedora explica que "se comen según está", retirándole el envoltorio natural que lleva. Los fisalis también son muy apreciados para postres: "se usan mucho para repostería".
En cuanto al sabor, Conchita Rodríguez lo define "ni dulce ni ácido" y no hay otra fruta a la que le recuerde su sabor. "Se venden todavía regular", lamenta, quizá porque son bastante desconocidos aún. "La gente joven es quien más los piden", señala. Cobra un euro por 15 fisalis, que están en plena temporada.