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La cultura de Grado renace con la historia

El futuro auditorio se instalará en los antiguos Almacenes Miranda, que cerraron hace 30 años tras ser "motor económico" a mediados del siglo XX

El edificio de Almacenes Miranda, en Grado. SARA ARIAS

Si todo marcha según lo previsto, Grado tendrá en 2020 -o 2021- el centro cultural que vecinos y colectivos llevan años reclamando. Se ubicará en pleno corazón de la villa moscona, en el edificio de los antiguos Almacenes Miranda, un inmueble que llevaba tres décadas cerrado y que, por fin, volverá a tener la vida que le convirtió en un importante motor económico de la villa a mediados del siglo pasado, y cuyo 72% ha sido cedido gratuitamente al concejo por parte de su propietaria mayoritaria.

La historia de Almacenes Miranda se forjó tras la Guerra Civil. El lugar que hoy ocupa el edificio, situado entre las calles de La Magdalena y Marqueses Vega de Anzo, fueron cinco solares, en los que estaba la vivienda y negocio familiar de Joaquín González López, abuelo de María de los Ángeles "Maruja" López González, la hasta ahora propietaria mayoritaria del inmueble.

Las cinco fincas se quemaron durante la contienda. Una vez finalizada la guerra, los López decidieron levantar un edificio en estos solares y poner en marcha Almacenes Miranda, una tienda de piensos y ultramarinos que gozón de gran popularidad y renombre en el Grado de la posguerra.

"Era uno de los motores económicos de Grado a mediados del siglo pasado", recuerda Claudio Menéndez, presidente de la asociación Amigos de Grado, quien guarda un especial buen recuerdo de Clarina González, quien estuvo al frente del establecimiento durante décadas. "Era una mujer de armas tomar, pero cuando se entregaba era encantadora y te lo daba todo", rememora con cariño, al tiempo que destaca la importancia de que el concejo pueda contar con un equipamiento cultural potente.

Los cambios en los modelos de distribución, la irrupción de multinacionales y grandes empresas en el mercado, el éxodo rural y la avanzada edad de sus gestores hicieron que en 1988 Almacenes Miranda cerrase sus puertas definitivamente.

"Puede que haya sido la mujer que más trabajó de España. Fue una trabajadora infatigable", define Pilar Llorca, hija de Maruja López, cuando se le preguntan por "Clarina", su tía-abuela, una empresaria "singular". "Cuando cerró el negocio se llevó un gran disgusto, y eso que ya tenía más de 80 años por aquel entonces. Pese a que daba pérdidas, quiso liquidar debidamente a todos y cada uno de sus trabajadores", destaca.

Precisamente, Llorca está convencida de que su tía Clarina, ya fallecida, se alegraría enormemente de saber que la familia ha decidido donar parte del edificio para la construcción de un centro cultural que podrán disfrutar todos los vecinos. "Si nos está viendo desde el cielo sentirá una gran satisfacción," afirma.

Quizás por esto, a los López no les han dolido prendas en desprenderse de este edificio, "un lugar de la familia, en el que hay muchos recuerdos, sobre todo de los tíos trabajando". De hecho, Llorca asegura que la decisión de legar al municipio su participación en la parcela fue muy sencilla de tomar. "Hubo unanimidad entre todos los miembros de la familia", asegura.

Ahora el Ayuntamiento deberá adquirir el 28% restante, en manos de un total de 15 personas, en su mayoría familia descendientes de Joaquín González López. Según reconoció el jueves el alcalde, José Luis Trabanco, las negociaciones para realizar esta operación están muy avanzadas y espera poder cerrarlas en breve por un precio total aproximado de 50.000 euros.

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