La procesión de subida del Ecce Homo convocó ayer a miles de personas en Noreña, en una fiesta que atrae mucha devoción no solo de la villa, sino también del entorno. En esta ocasión, la celebración traía la novedosa colaboración de vecinos de la localidad de Argüelles que se prestaron a hacer su aportación como costaleros. "Fue una experiencia inolvidable, tanto la procesión de bajada como la subida", dijo uno de ellos, Ulpiano Huergo.

También Alejandro Rionda, costalero de Noreña, se mostraba "muy orgulloso" de mantener una tradición tan arraigada.

La imagen del Nazareno presidía la iglesia de Santa María de Noreña durante la celebración de la misa, que ofició el párroco Pedro Tardón, y una vez que acabó, los costaleros colocaron al Cristo en las andas.

Comenzó entonces la procesión por las calles de la villa, que fue, como cada año, multitudinaria. En el camino, hubo varias paradas significativas. La primera de ellas, en la confluencia de las calles de La Iglesia y Silvestre Rionda, donde se encendió una traca.

A continuación, la procesión bajó por el paseo Fray Ramón hasta que la imagen se detuvo frente al quiosco de la música. Allí estaba esperando la banda de música de Noreña para interpretar el himno de España. La procesión siguió por las plazas de la Constitución y de la Cruz hasta tomar el Camino del Peregrino y llegar a la ermita de la Soledad. En las calles, durante la misa y toda la procesión, se escucharon rezos y canciones.

A la llegada, estaba esperando la Banda Gaites Villa y Condáu de Noreña, que interpretó el himno de Asturias ante la imagen del Nazareno. Este año, como novedad, se soltaron palomas una vez que concluyó la procesión. Y entonces fueron muchos los fieles que esperaron pacientemente a que los costaleros colocasen la imagen en el interior del templo, para entrar a visitarla. Y también compraron estampas, medallas y recuerdos de su experiencia devota en Noreña.

Las integrantes de la Cofradía Jesús Nazareno Ecce Homo de Noreña se mostraron muy satisfechas con la acogida y el buen desarrollo de la procesión. "Es cierto que ahora la de bajada tiene más gente, porque es más recogida, pero esta es muy emocionante", dijo Menchu Cabeza, hermana mayor de la cofradía. Junto a ella, trabajaron todos estos días codo con codo, Mercedes García, Pili Díaz, Ana María Presa, María Luz Martínez, María de los Ángeles Valdés y Joaquín Alonso.

Pero no les faltó ayuda: "Cuando la fiesta está cerca se nota mucho, hay mucha gente que nos apoya, que echa una mano", explicaba Ana María Presa.

La imagen del Nazareno quedó en el interior de la ermita de la Soledad, donde permanecerá hasta la procesión de bajada de la fiesta del próximo año.

La capilla acogerá hoy a las once de la mañana una eucaristía por los fallecidos a lo largo del año, en el primer acto de una jornada festiva repleta de actividad.

A la una y media de la tarde, la banda de música de Noreña ofrecerá su tradicional concierto en el quiosco de la música, y el parque de Los Riegos acogerá desde las dos y media de la tarde la comida campestre.

Sonofe repartirá hasta las ocho de la tarde el bollo y el vino a sus socios. A las cinco de la tarde habrá animación infantil y a las siete, si el tiempo lo permite, habrá un globo cautivo para poder ver Noreña desde el aire. El grupo Acuarela cierra la jornada con un concierto a las 21.00 horas.