No hubo sorpresas en el PSOE de Carreño. El asiento del concejal y portavoz del grupo municipal Gabriel Rodríguez, que renunció al cargo el 6 de septiembre debido al "caso de las facturas engordadas", será ocupado por Roberto Bueno, siguiente en la lista de las elecciones de 2015. Bueno asume el reto "con mucha ilusión". Todavía no ha trascendido qué carteras asumirá el nuevo concejal, si bien parece claro que no se quedará con la portavocía del grupo, una función que previsiblemente recaerá sobre Paula Cuervo, que ya ejerció como tal en el último pleno.

Roberto Bueno Soto tiene 38 años y es vecino de Logrezana, donde mantiene un activo papel vecinal como presidente de la asociación "Logrezana Existe". Es técnico superior en Química Ambiental y tiene formación complementaria como educador ambiental. Actualmente trabaja en una empresa del sector siderúrgico, donde ocupa un cargo de responsabilidad como jefe de turno, según informó ayer el gobierno local. El que será nuevo edil de Carreño asegura no tener especial predilección por ninguna de las competencias. "Ocuparé el puesto que mis compañeros decidan. Estoy aquí para ayudar en todo lo que sea necesario", asegura Bueno, quien ya trabaja para ponerse al día .

Ahora el gobierno local tendrá que ajustar las competencias de sus ediles. Gabriel Rodríguez dejó sin titular las materias de Urbanismo y Accesibilidad, Medio Ambiente, Innovación, Promoción Económica y Empleo, Deportes y Recursos Humanos, además de la primera tenencia de alcaldía y la portavocía.

Sin duda, uno de los principales temas que deberá afrontar la alcaldesa, Amelia Fernández, es quién ocupará la liberación que deja Rodríguez o si, por otro lado, la divide entre dos concejales. La regidora afirma que no tomarán decisiones hasta que la toma de posesión de Bueno no se haga efectiva.

Con el nombramiento de Bueno el PSOE espera pasar página definitivamente del que ha sido, sin lugar a dudas, su mayor crisis en el último mandato: el "caso de las facturas engordadas", que tuvo en Gabriel Rodríguez a su principal protagonista.

Todo saltó por los aires el pasado agosto cuando una proveedora municipal denunció a través de LA NUEVA ESPAÑA que el ya exconcejal le había animado a "engordar" las facturas pendientes de cobro por el servicio de recogida de perros para compensar los gastos que le originaba el retraso en el pago municipal. La mujer presentó una grabación y llevó pruebas a la Fiscalía. La deuda con la empresa ronda los 15.000 euros.

Tras conocerse estos hechos, denunciados ante la Fiscalía también por el PP, la oposición en pleno pidió la dimisión de Rodríguez y de la regidora, Amelia Fernández, quien tenía conocimiento de la situación, según la conversación grabada a Rodríguez. El entonces portavoz explicó que había obrado de buena fe para ayudar a cobrar la deuda y recibió el apoyo del PSOE. Sin embargo, acabó por dimitir el pasado día 6.