Lara Suárez es un ejemplo del relevo generacional en el campo. Tiene 26 años y acaba de iniciar una andadura profesional como ganadera de gochu asturcelta en El Entrego. Hace un mes que puso en marcha este proyecto y estos días participó en la exposición sobre la raza en Agrosiero. Incluso, uno de sus animales se llevó el premio a la mejor llabasca (menos de 8 meses). Se animó con la cría para promocionar este animal, que acaba de estrenar la marca de 100% raza autóctona.

Suárez defiende que "son animales muy nobles y están sueltos todo el año". La explotación de estos cerdos es compatible con su trabajo en la hostelería. "Empezamos con una gocha y ahora tenemos treinta", apunta. Para ella, lo peor es "lo atado que es", y lo mejor, que le "presta mucho cuando ves a una gocha con los gochinos y verlos crecer...". Optó por criar esta raza y no otra porque "es más rentable y están sueltos por el monte". Lara Suárez destaca la carne del gochu asturcelta, porque tienen un "sabor muy distinta". Diego García Menéndez también representa el relevo. Con cinco años, es un enamorado de los animales, por lo que la visita a Agrosiero con su madre fue obligada.

Ayer se entregaron los premios a los mejores ejemplares del X Concursu Nacional de la especie. "Julián", de la ganadería de Lucía Álvarez (Llanera), fue el mejor verrón. La mejor gocha fue "Enriqueta", de Asturceltas Bimenes. "Bea" y su criador José Manuel Gayo vencieron el campeonato del mundo de manejo.