Intacta. Como si no pasase el tiempo. Así se mantiene la amistad entre los "rapacinos" o "guajes" del barrio candasín de Santolaya. Y es que aunque muchos peinan ya canas, mantienen intactos el espíritu y la amistad de cuando eran guajes. La noche del viernes -como vienen haciendo en los últimos 25 años cada viernes último de septiembre- se reunieron para disfrutar de una cena de hermandad en la que homenajearon a dos de los "críos" más veteranos: Saturnino Prendes González y José Luis Rodríguez Gutiérrez.

Como cuentan muchos de aquellos rapacinos, sus reuniones son casi canónicas: todo comienza con una foto familia que abre la veda de los abrazos y saludos entre ellos. Tras el emotivo aperitivo, pasan a la cena, que riegan de canciones típicas con un inevitable regusto a mar.

El postre tiene nombre propio desde hace 18 años: el de los más veteranos. En esta ocasión, el casi medio centenar de comensales rindió su personal homenaje a los citados Saturnino Prendes González y José Luis Rodríguez Gutiérrez. Sus amigos les obsequiaron con una reproducción del portalón de Santolaya, icono de esta particular sociedad.

"Con el paso de los años, cuando nos vamos haciendo mayores, los este tipo de homenajes resultan muy emocionantes", destaca Tito Aramendi, uno de los 46 participantes, al recordar cómo recibieron sus dos amigos, el primero todavía residente en Candás, y el segundo actualmente viviendo en Puerto de Vega (Navia), el homenaje de sus amigos.

Después, la sobremesa se traslada al Ayuntamiento. Allí, cual coro de recios marineros, entonan canciones marineras. Como colofón final, y con alguna que otra lágrima asomando, todos entonan el "Adiós con el corazón", con el que se despiden los "mocinos" de Santolaya: cada vez menos mozos, pero con el mismos espíritu de cuando correteaban, jugaban y se reían por las calles de Candás. Así hasta el próximo último viernes de septiembre.