A la nuez la prefieren verde. Es el caso de la mayoría de los clientes de Cecilia Vallina y de Alejandro Muñiz, ambos vendedores en el mercado de los martes de Pola de Siero. "Se vende bien y la piden, sobre todo, verde", explica la agricultora. Cotiza en torno a unos seis euros el kilo, más cara que la nuez seca, que ronda los cuatro euros.
Esta temporada la nuez llega bastante escasa, por culpa del mal tiempo de la primavera y el verano, y "son más pequeñas", destaca Vallina, aunque el tamaño no influye en su calidad ni en su sabor. Muchos de sus clientes las compran por "recomendación médica" y toman entre cuatro y seis piezas al día. Pero "ahora las prefieren en verde", insiste. Es un fruto rico en ácidos grasos como el omega 3 y se le atribuyen beneficios para controlar el colesterol y para el buen funcionamiento del corazón.
Una buena nuez es la que "abre fácil y tiene buen sabor", apunta Alejandro Muñiz, que hace hincapié en que es uno de los frutos secos que más trabajo da, pues además de pañarlas hay que batir los árboles, que suelen ser robustos, para que caigan, y es "un trabajo cansado".
Después hay que ponerse guantes para que las manos no se tiñan de negro a la hora de abrir con un cuchillo el muergu (la envoltura semicarnosa de la nuez). Ahora la tendencia es comerlas así, sin secar; si no, se dejan al sol una semana. Alejandro Muñiz recomienda andar listo en recoger la cosecha porque, si no, lo estarán cuervos, pegas, lirones y ardillas. "Las llevan, si te despistas, te las llevan", avisa el agricultor.
La nuez, además de para comerla en crudo, es un fruto seco muy apreciado y demandado como ingrediente en repostrería, sobre todo, para la elaboración de tartas, casadielles y bizcochos o brownies.
