El lobo llega también a Sariego. Los cánidos atacaron ayer por la noche la explotación de Rufino Arce Berros en Fumarea, mataron una novilla y trataron de dar muerte a otra, que terminó librándose. El ganadero se encontró por la mañana con la res muerta y destripada.

"Tuvieron que ser tres o cuatro lobos para llevársela así y comer tanto", aseguró. Rufino Arce lamentó una situación que está afectando a cada vez más ganaderos y que no solo produce daños económicos, sino también psicológicos.

Él tiene una explotación de leche, y trabaja de sol a sol para tenerla en pie, "y cuando ves estas cosas es una desgracia". La novilla tenía un año y medio de vida. Según el ganadero, el trabajo del campo es ya muy complicado, y ahora la presencia creciente de animales salvajes dificulta mucho más su labor. "Entre los topillos, el jabalí y ahora el lobo es muy difícil salir adelante", asegura, y se mostró convencido de que, de un modo u otro, va a haber que controlar la población de lobos. "Si ahora hay tres o cuatro, qué habrá dentro de un año o dos; así es imposible que el campo salga adelante, porque el campo lo defiende el ganadero", sostiene.

Y en una explotación de Solapeña, los lobos mataron dos ovejas y dejaron otras dos malheridas.

El alcalde, Saúl Bastián se mostró preocupado por la presencia del lobo en Sariego, algo que no se había dado hasta ahora. "Esperemos que la Consejería de Desarrollo Rural tome cartas en el asunto y haga algo para solucionar el problema, que la gente está muy preocupada", apunta.

Estos ataques, unidos a los ocurridos en la zona norte de Nava, donde también era muy poco habitual encontrar lobos, hacen que los ganaderos pidan con urgencia que se tomen medidas.