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JOSÉ TUÑÓN | Director de la Fundación Oso de Asturias, "Moscón de oro" nacional-internacional

"Los avistamientos sin criterios biológicos pueden poner en riesgo al oso"

"El proceso de socialización entre 'Paca' y 'Molina' va más lento de lo que calculábamos, pero es normal, desconocíamos cómo iban a reaccionar"

José Tuñón, junto al cartel de la Casa del Oso. S. ARIAS

Grado se prepara para su gran Semana Cultural, que se iniciará el lunes y culminará el sábado 13 con la entrega de los "Moscones de oro". El galardón en la categoría nacional-internacional ha recaído este año en la Fundación Oso de Asturias (FOA), que dirige José Tuñón, por su labor de conservación del medio.

- ¿Con qué ánimo recibe el personal de la FOA el galardón "Moscón de Oro"?

-Nos sentimos orgullosos de este reconocimiento que, por otro lado, sirve como estímulo para seguir afrontando los nuevos retos que plantea la conservación del oso pardo cantábrico. Nuestra plantilla con una amplia experiencia en las distintas actividades que desarrollamos, todas ellas encaminadas a la conservación de la especie, y este galardón supone un impulso a todo nuestro trabajo.

- Hablando de retos, ¿son los últimos datos oficiales sobre la población osera positivos para el futuro de la especie?

-Así es. Tras años de esfuerzo observamos un lento pero esperanzador crecimiento poblacional. El último censo osero, de 2017, arrojó la cifra de 41 hembras con crías, el mejor registro hasta la fecha.

- "Paca" y la fallecida "Tola" son un símbolo de la conservación del oso pardo cantábrico. Ahora se suma "Moli". ¿Cómo se encuentran?

-Ahora mismo estamos trabajando con ellas en un proceso de socialización recomendado por expertos, a raíz de la muerte de "Tola". El objetivo final es que ambas puedan convivir en el cercado del monte Fernanchín.

- ¿Cómo está funcionando?

-El proceso de socialización va algo más lento de lo que calculábamos en un principio, pero es normal, ya que los avances se hacen en función de sus respuestas y desconocíamos cómo iban a reaccionar. Se trata de un proceso del que no tenemos datos de otras experiencias similares anteriores.

- ¿Cómo qué?

-De momento, observamos una marcada dominancia de "Paca", que también era así con su hermana "Tola". "Molina", por su parte, no estaba acostumbrada a compartir espacio con otros osos y le está costando aceptar la presencia de "Paca" en el mismo recinto. Necesita tenerla ubicada en todo momento, y cuando no la tiene controlada se pone nerviosa. En cualquier caso, somos optimistas.

- Además de colaborar con la Guardería del Principado, participan en otras investigaciones científicas, ¿en qué trabajan ahora mismo?

-En el 2017 pusimos en marcha, con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, el proyecto "Trabajando el bienestar de los osos pardos cantábricos cautivos", para mejorar las técnicas de trabajo con nuestras osas. Desde entonces, podemos realizar seguimientos especiales con el apoyo de tecnología, lo que nos permite monitorizar el comportamiento de "Paca" y "Molina". Con esos datos ponemos en marcha iniciativas que redunden en la mejora su bienestar. Durante este verano, hemos realizado un trabajo de campo en Somiedo. El objetivo era conocer cuánto se sabe de los osos y su conservación por parte de sus visitantes. Se realizaron unas 400 encuestas, se repartió material divulgativo y en las próximas semanas tenemos previsto presentar las conclusiones del trabajo.

- Cada vez son más los interesados en los avistamientos, se están dando pasos en la regulación de este tipo de actividades. ¿Cómo equilibrar conservación con turismo?

-Diversos estudios científicos demuestran que las actividades humanas alteran los comportamientos naturales de la especie. Por ejemplo, para que el turismo de observación tenga mayor garantía de éxito se realiza al amanecer o al atardecer, lo que extiende la presencia de los visitantes en el monte, por lo que ya se produce una sobrecarga de actividad humana. Además, buena parte de ellas se llevan a cabo durante el período reproductor, entre abril y junio, y en localidades de cría. Estos casos son especialmente preocupantes, ya que la presencia humana a poca distancia puede alterar el comportamiento natural del núcleo familiar y, por tanto, incrementar el riesgo directo de mortalidad de las crías. Confiamos en que la regulación de los avistamientos tenga en cuenta estos aspectos biológicos, ya que, de lo contrario, podrían acarrear cambios en el comportamiento de los osos y, por tanto, riesgos futuros en la conservación de la especie. Animamos, en cualquier caso, a que la gente venga a conocer las tierras en las que habitan los osos, que ya de por sí son garantía de un medioambiente excepcional, sin la presión de tener que avistar un oso.

- La Fundación cumple su vigésimo quinto aniversario y a lo largo del año han llevado a cabo varias acciones. ¿Qué programan hasta final de año?

-En octubre del año pasado inauguramos la exposición "Osos" en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) y ha pasado , entre otros lugares, por Onís, Cangas de Narcea, Intu Asturias, el Parque de la Prehistoria de Teverga o Gijón. En total, calculamos ya unos 60.000 visitantes.

- ¿Qué plantean en sus programas de educación medioambiental para los colegios?

-Tienen mucha demanda. Este otoño manejamos reservas superiores a ediciones anteriores y a partir del 3 de abril de 2019 el programa "Valles del oso", de tres días y dos noches, tiene todas las fechas ocupadas. En definitiva, 2018 ha sido probablemente el año de mayor volumen de actividad escolar de la FOA desde su fundación.

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