La compraventa de vivienda en el concejo de Siero sigue al alza, pero no es un reflejo directo de la buena marcha del sector constructor, que sigue casi paralizado. La vivienda de segunda mano es el verdadero motor del sector inmobiliario, donde los inmuebles de nueva construcción siguen suponiendo una aportación casi testimonial. Así se extrae de los últimos datos publicados por el Ministerio de Fomento, que reflejan en la primera mitad de 2018 la mejor cifra en transacciones inmobiliarias desde el principio de la década.
En la primera mitad de este año se comercializaron en el concejo de Siero 240 viviendas (117 en el primer trimestre y 123 en el segundo), mientras que en el mismo periodo del año pasado la cifra se quedó en 172. Es el quinto año consecutivo que el año empieza con ascenso de la comercialización, pero la contrapartida está en el tipo de vivienda que se comercializa. El arranque de los tres últimos años refleja un descenso de la comercialización de vivienda nueva. Se vende más vivienda, pero la mayoría es de segunda mano.
En la primera mitad de este año se comercializaron tan solo 19 viviendas nuevas, dos menos que el año pasado, y dieciséis menos que el anterior, mientras que la vivienda de segunda mano aumentó de forma considerable: de 134 hace dos años pasó a 172 el año pasado y a 221 este año.
La vivienda de segunda mano no se comercializaba tanto desde la primera mitad del año 2007, justo antes de que estallara la burbuja inmobiliaria. En junio de aquel año se vendieron 224 viviendas usadas, y desde entonces la cifra nunca llegó a la altura de la de la primera mitad de este año.
Ángela Aguilar, agente de la inmobiliaria Friera, explica esta circunstancia en el hecho de que "no hay obra nueva y hay mucha vivienda que había quedado sin vender; la gente que tenía dinero estuvo esperando a que bajaran los precios, y como vieron que empieza a moverse y que los bancos bajan el tipo de interés y dan más facilidades, se empieza a animar".
Es una mejora de las condiciones financieras, más que del propio sector inmobiliario. Ahora, con esta mejora, lo más probable es que los precios de las viviendas empiecen a ir hacia arriba. "Mucha gente se ha dado cuenta de que los precios no van a bajar más, y por eso compran; además, los bancos venden muchos de los pisos que tienen en propiedad, y dan muchas facilidades a los compradores", explica Aguilar.
Por otra parte, la agente apuntó una circunstancia curiosa en los precios de los inmuebles: que en Pola de Siero se mantienen, mientras que en ciudades como Oviedo van algo más a la baja. "Hoy en Oviedo se está vendiendo más barato que en la Pola; en Siero los propietarios piden como si estuviéramos en 2010", apunta. Esto invierte completamente lo que fue la tónica de precios durante los mejores años de desarrollo constructivo, en los que mucha gente de las ciudades importantes compraba en los municipios vecinos como Siero atraídos por sus mejores precios.
También hay una demanda considerable de las viviendas en alquiler, pero sin que se disparen los precios como sí esta ocurriendo, a veces de forma muy extrema, en las grandes ciudades de España.
En cualquier caso, gracias a la segunda mano, la curva de la comercialización de vivienda sigue manifiestamente al alza y refleja que la economía empieza a ser mucho más fluida.
El año 2010 registró el mejor inicio con 338 transacciones en el primer semestre, y a partir de aquel año las caídas fueron muy pronunciadas: 146 compraventas en 2011, 125 en 2012 y tan solo 84 operaciones en 2013, el año en el que la crisis tocó fondo.
A partir de entonces, la subida ha sido ininterrumpida hasta este año: 103 transacciones en 2014, 136 en 2015, 169 en 2016 y 193 en 2017. Todo indica que el sector irá poco a poco ganando en actividad, y que la compraventa seguirá aumentando en años sucesivos.
