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JAVIER HURLÉ | Graduado social y experto en gestión de deporte base, dio una charla en La Fresneda

"No hay más violencia que antes en el deporte base, pero hemos fracasado en atajarla"

"No expulsaría de un club al hijo de un agresor: no ha hecho nada, pero las agresiones, aunque sean verbales, deben sancionarse estrictamente"

Javier Hurlé, ayer, en La Fresneda. REPRODUCCIÓN DE A. F. V.

"Exprimir los pocos recursos de los que disponen al máximo, cumplir con la legalidad y contar con un programa a largo plazo". Estas son las tres claves del éxito para las entidades de deporte base según Javier Hurlé (Avilés, 1970). Con más de 25 años de experiencia en la gestión de clubes y varios trabajando con la administración, el experto ofreció ayer una charla en La Fresneda, organizada por el grupo municipal de Ciudadanos, sobre "la lucha diaria por el deporte", en la que habló sobre el esfuerzo titánico y desinteresado que muchos directivos realizan a diario, algo que no siempre es reconocido, y las muchas responsabilidades que acarrean estos cargos.

- Uno de los problemas a los que se enfrenta el deporte base, como volvió a quedar patente el pasado fin de semana en Oviedo con la agresión verbal del padre de un jugador a un árbitro de fútbol, es el comportamiento de los espectadores. ¿Cómo deben protegerse los clubes ante estas situaciones?

-En estos casos hay que sancionar. En el caso concreto de Oviedo considero que es la administración la que debe aplicar una sanción al padre del jugador. Esta persona, o las que cometen este tipo de infracciones, no pueden estar relacionadas con el mundo del deporte. Es una problemática que hay que atajar a edades tempranas desde la educación, que debería darse en casa. Pero, además, los clubes tienen que hacer un esfuerzo para enfocar este asunto, no sólo desde el prisma de los niños, sino también de las familias: dar pautas de formación, educar a la hora de competir, enseñar a ganar y a perder, hacer ver a los padres que lo más probable es que sus hijos acaben fracasando en el deporte en un momento u otro... Eso sí, cuando esto falle, como en este caso, hay que sancionar y ser muy estrictos.

- Y cuando un club se encuentra con una situación como ésta, ¿qué deben hacer?

-Lo primero, he de decir que no soy nadie para hablar de la toma de decisiones en una entidad deportiva con la que no tengo relación; dicho esto, yo lo primero que recomiendo a los clubes es que desarrollen no sólo buenos estatutos, sino un reglamento de régimen interno en el que se contemplen todas las actuaciones y posibles sanciones para los que lo incumplen. Que no haya lagunas y que si alguien incumple la filosofía de la entidad pueda ser expulsado inmediatamente.

- ¿Esas expulsiones, en las que es el familiar el que comete la infracción, deberían afectar también al deportista, que es menor?

-El que comete la falta es el familiar, que de mano no tendría que estar relacionado con el club. Me costaría sancionar a una persona cuando no es responsable directa de la agresión, por lo que yo nunca expulsaría al niño, que bastante sufrirá al ver así a su padre. Seguro que ese chaval tiene, además, alguien en la familia que se pueda hacer cargo de él cuando esté en las instalaciones deportivas, porque al infractor le prohibiría el acceso a ellas.

- Da la sensación que casos como el del pasado fin de semana están lejos de ser aislados. ¿Se han multiplicado en los últimos tiempos o sólo ha aumentado su difusión?

-Llevo más de 40 años vinculado al mundo del deporte y desde que tengo uso de razón siempre he visto este tipo de actuaciones por parte de algún espectador. No diría que ahora hay más que antes, pero sí considero que si hace 20 o 30 años se daban estas situaciones y hoy las seguimos viviendo es que hemos fracasado en atajarlas. Hay que utilizar la formación y la educación para evitar estas circunstancias. Lo niños tienen que aprender que una cosa es calentarse y otra bien distinta es agredir, aunque sea verbalmente.

- Una de las piezas angulares de su charla es la puesta al día administrativamente de las entidades de deporte base.

-Es un aspecto en el que se ha mejorado mucho en los últimos años. Directivos, clubes y administración son conscientes de que el desarrollo de su actividad debe ser legal; por tanto, si tengo a gente trabajando debe estar contratada, y si no es así no puede realizar esa actividad.

- ¿Lo pueden asumir?

-Desde luego es algo que aumenta sus gastos, pero es muy importante. El riesgo que asumen los clubes en caso de accidente laboral cuando esa persona no está dada de alta es enorme. Sólo por eso les merece la pena reducir, si es necesario, el número de entrenadores o trabajadores.

- ¿Podemos hablar de porcentaje de entidades que estén al día?

-Es muy complicado, y si doy una cifra estaría mintiéndole. Sí puedo decir que hace 15 o 20 años el 90 por ciento incumplía y hoy ese dato ha mejorado. El deporte base mueve millones de euros y ese dinero tiene que dedicarse a su gestión.

- ¿La administración levanta la mano con los clubes?

-El problema es que Inspección sólo trabaja cuando hay denuncia y es algo que no suele ocurrir, pero insisto en que son los propios clubes los que deben querer cumplir la norma. Sé lo que vale un euro, pero vale más dedicar parte de ese euro a mantener la legalidad y poder dormir tranquilamente.

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