Así es que comenzó recordando aquellos años de limpieza de los tramos y recuperación de su patrimonio. Habló sobre el puente de Gallegos, en Las Regueras, y el puente de Peñaflor (Grado), donde se centró en los problemas de seguridad para los peregrinos por el obligado paso por una carretera nacional. También propuso un horario para la lancha del pantano de Grandas de Salime. De ahí que estime la necesidad de permitir obras de mejora, pero sin olvidar a los caminantes: "Hay que seguir cuidándolo, pero no tanto que lo ahoguemos", destacó. Y una recomendación para los peregrinos que se quejan del barro en algunos tramos: "Si llueve, hay barro; si no, hay polvo, es la salsa del Camino".