La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"El comercio de Siero se muere", dicen los empresarios, que piden más ayudas

"No hay gente, cada año vamos a peor", lamenta el sector, que tiene en internet su peor competencia: "No sobreviviremos"

Ambiente en la avenida de Oviedo de Lugones ayer. A. F. V.

"El comercio de Siero se muere". Sin paños calientes. Así lo aseguran los empresarios del concejo, "aterrados" por el incierto futuro que se les presenta. Señalan a internet como el gran depredador de la tienda de proximidad y temen que este modelo de negocio se agote con la muerte de las últimas generaciones que se quedaron al otro lado de la brecha digital. Para tratar de coger un poco de aire, los empresarios piden ayudas a la administración: la puesta en marcha de campañas de promoción del comercio y la reducción de tasas municipales, como las de agua y basura.

La situación se presenta igual de dura en todo el concejo. Tanto en la Pola como en Lugones, principales localidades, la radiografía es idéntica: "No hay gente". Los comerciantes aseguran que hoy "ya no es extraño pasar uno o dos días sin vender nada", y son muchos los que resisten con su negocio abierto "como pueden", mientras apuran los últimos días de su vida laboral sólo con el objetivo de llegar cotizando a la edad de jubilación.

"La realidad es que cada año vamos a peor", deja caer, como una losa, Blanca García, presidenta de la Asociación de Comercio Local de Siero, que en sus más de dos décadas de cara al público en la Pola nunca se había visto en otra igual: "No hay clientela, y en el último año han cerrado entre seis y siete tiendas. Y la cosa va a más", sostiene.

En Lugones la cosa no pinta mejor. El pesimismo impera entre los que tienen negocio a pie de calle. Y no es para menos. "No hay alegría y no se vende, ¿cómo vamos a sobrevivir así?", se pregunta Ana de Celis, presidenta del Centro Comercial Abierto Lugones, quien considera que la situación actual es fruto "de un cambio en el modelo de ventas". "Ahora prima internet", lamenta la empresaria, cansada de ver cómo los negocios de nuevo cuño de la localidad fracasan sin compasión: "No tienen ingresos y tampoco tienen tiempo de afianzar una clientela. Con esta situación es muy complicado", concluye.

Estas versiones las corrobora también Juan Carlos Canteli, gerente de la Federación Red Asturiana de Centros Comerciales Abiertos, perfecto conocedor de la situación de Siero, así como de otros concejos como Llanera, Corvera y Oviedo. "No hay brotes verdes para el pequeño comercio. Ésa es la única realidad. El volumen de ventas es muy bajo y cada vez se afianza más la compra online", señala.

Para hacer frente a estas adversidades, los comerciantes piden ayudas al Ayuntamiento. Celebran la puesta en marcha de campañas de fidelización del cliente, como la iniciada el miércoles con regalos para los compradores, pero piden más. Concretamente, que se relajen las tasas de agua y basura, en manos de las administraciones locales. "Eso, y concienciar a la gente de la importancia que tiene para los municipios su comercio, sería clave", destaca Canteli.

Compartir el artículo

stats