"No soy mala persona, pero ese perro no está para andar por ahí". Violeta Fernández lo tiene claro: va a denunciar al propietario del perro que atacó gravemente a su hija en el entorno del parque canino de La Fresneda y no teme que un hipotético fallo judicial obligue a ejecutar al perro que mordió a su hija. Si bien todavía no ha cursado la reclamación, tiene claro que afrontará el trámite una vez la pequeña, ingresada en el hospital, esté en casa: "La Policía quería que declarásemos ya, pero vamos a esperar hasta que todo se mejore", puntualiza.

El perro que asestó 26 dentelladas a su hija ocasionándole heridas que requirieron de un centenar de puntos de sutura fue señalado por algunos vecinos como "muy conflictivo". En este sentido, Fernández asegura no conocer de antes al can ni a sus propietarios. "Sí me dijeron que habían tenido problemas, sobre todo con otros dueños de perros, pero no sé nada más", relata la progenitora, que asegura que sólo ha mantenido contacto con los propietarios del bóxer que agredió a su hija en dos ocasiones.

"El día del suceso, mientras estaban interviniendo a mi hija, me llamó el padre del dueño del perro, que parece ser quien estaba con el can cuando atacó a la niña, para preguntar por ella. Desde entonces no me volvió a llamar. El propietario del can me llamó por primera vez ayer por la mañana", explica Fernández sobre la relación con los dueños.