Las heridas más profundas dejan cicatrices. Y aunque por ellas ya no brote la sangre, algunas siguen doliendo. Es lo que les pasa a los de Villabona. La prisión, que injustamente fue bautizada con el mismo nombre de la localidad, les dejó una gran -y fea- marca. Casi un año después de la aprobación del cambió de nombre del penal, que pasó a ser denominado como Centro Penitenciario de Asturias, la huella del presidio sigue muy a la vista: "Todavía hay mucha gente que hace referencia a ella como cárcel de Villabona o Villabona a secas".

La lucha para rebautizar el centro penitenciario fue tan breve como intensa. La asociación de vecinos empezó a hacer ruido con el asunto a finales del verano de 2015, poco después de constituirse. El argumentario para pedir el cambio era claro: la localidad más cercana a la cárcel es Tabladiello, perteneciente a la parroquia de Villardeveyo, enclavada dentro del concejo de Llanera. Por tanto, su vinculación con Villabona es difícil de explicar.

El grupo parlamentario del PSOE encontró esta petición razonable y no dudó en llevarla al Congreso como proposición no de ley. Se aprobó a la primera en febrero de 2017. En diciembre de ese mismo año, el "Boletín Oficial de Estado" (BOE) hacía entrar en vigor la denominación de Centro Penitenciario de Asturias.

Pero el final feliz del cuento todavía no se saborea en Villabona. Los residentes aseguran que todavía son muchos los que apelan únicamente al nombre de su pueblo para hacer referencia a la cárcel y piden colaboración para tratar de cambiar esta costumbre.

A su juicio, "la clave está en los medios de comunicación. Es básico que utilicen siempre el término Centro Penitenciario de Asturias para que la sociedad se entere", destaca una enérgica Rosa Muñiz, presidenta de la asociación de vecinos local, quien reconoce que se enfada cuando ve referencias a Villabona al hablar del penal.

Aun con todo, y quizás por el callo de los años, no son pocas las veces que los de Villabona se toman con cierto humor la vinculación de la localidad con la cárcel. "El otro día estaba en un bar y escuché a un hombre decir: 'voy a liar una que acabo en Villabona'. Yo me acerqué y le dije: 'Si termina en el centro penitenciario no podré hacer nada; pero en Villabona le aseguro que le trataremos muy bien'. Se quedó helado. Uno que iba con él era de Lugo y se lo explicó todo", relata entre risas la dirigente vecinal, siempre a la vanguardia cuando se trata de defender la parroquia.

Aunque, como explican, aún queda mucho camino por recorrer para desvincular de la cárcel la localidad que fue uno de los principales nudos ferroviarios del Principado a mediados del siglo XX, la asociación ya ha puesto el foco en una nueva demanda: recuperar el patrimonio industrial: "Lucharemos para que rehabiliten la estación de tren, un elemento único", sentencia.