Solidaridad. Es la palabra que mejor define a Noelia Sánchez. Acoge en su casa de Noreña a perros abandonados hasta que encuentren una familia de adopción. El mismo cariño con el que ella los cuida y cría se lo devuelven los animales. Es el motivo que esgrime para hacerlo. Es voluntaria de la Fundación Amigos del Perro y sus compañeros acaban de distinguirla por "su especial activismo desde hace muchos años. Siempre dispuesta a poner su casa como centro de acogida de animales con problemas extremos".
Por su domicilio de Noreña habrán pasado en 15 años decenas de animales. La experiencia más dura que recuerda fue la de un cachorro de bóxer que encontraron tirado en una escombrera y que finalmente tuvieron que sacrificar. Aunque ocurrió hace mucho tiempo no ha podido olvidar las pésimas condiciones en las que estaba. Mejor suerte tuvo una galga que trajeron de Madrid, donde apareció en un contenedor. Logró sacarla adelante y fue dada en adopción, pero pereció atropellada. Se llamaba "Alma". "Nubia" también vino de la capital, pues allí colaboran con la Asociación Amanecer Animal, y estaba en una situación tan lamentable que la llamaban "rosita" porque había perdido el pelo. Pero tal fue el cariño que le cogió tras el tiempo que duró su recuperación hasta que fue adoptada, que cuando murió envenenada en Tapia, el dueño le cedió sus cenizas y las guarda en su casa. "De todos los perros que pasaron por mi casa de acogida fue por la única que lloré", destaca.
Otra "Alma", una galga a la que también le ha dado cobijo, le ha conquistado su corazón. Se escapó del coche cuando sus dueños iban a entregarla y estuvo una semana vagando por Gijón. La encontraron junto al viaducto de Somonte, herida en una pata, y ahora son inseparables. Apunta que la clave está en el "cariño", pues "cualquier perro sale adelante con cariño y alimento". Además de desnutridos, y muchos hasta con caquexia (desnutrición extrema), los animales suelen llegar con mucho miedo por las experiencias vividas. Ella les da oportunidad.
Esta voluntaria destaca que "hay dos temporadas en las que las perreras tiemblan: después de Reyes y en verano", pues son las épocas en las que se producen más abandonos de mascotas. Los dueños no son conscientes de que el perro tiene que salir al menos tres veces al día sin excusas y la disculpa más habitual cuando se deshacen del animal es que el niño tiene alergia. "En tu casa no puedes criar". Aboga por la esterilización. Antes de adoptar a un perro recomienda pensar que puede durar entre 12 y 15 años. Pero es beneficioso para las personas mayores o que viven solas, pues ayudan a socializar. Reclama más implicación de las administraciones, ya que los albergues están saturados, aunque cada vez hay más concienciación.
