Las lluvias caídas en plena época de floración del castaño, el pasado mes de julio, que redujeron la polinización de las abejas y la presencia de la plaga de la avispilla, han reducido la producción de castañas en Asturias, sobre todo en el área central. Así lo explicó en una charla, ayer, la técnica del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario de Asturias (Serida), Marta Ciordia, en el Festival de la Castaña de Aces (Candamo). Y no le falta razón, los vecinos tuvieron que comprar en un almacén los doscientos kilos de frutos que asaron y vendieron entre el público. Y la escasez también se notó en el concurso-exposición. La ganadora del certamen en categoría común, Cristina Arias, señaló que "había muy pocas y costó recogerlas y llenar la cesta".

Unas castañas que, pese a la escasez, consiguieron brillar en la cita, en la que participaron quince candaminos, en categoría común y chamberga. Así es que tras Cristina Arias, en común, se situaron Sara Rodríguez y Miguel Martínez, en segunda y tercera plaza respectivamente. En cuanto a la chamberga, el ganador fue Pelayo Alves, seguido por Jorge Luis Estrada y Rosario Estrada. El segundo clasificado también ganó el premio a la mejor presentación. "Es un corro de piedra donde antiguamente metían los erizos de las castañas para que se mantuviesen todo el invierno, tenían un portillo por abajo que se quitaba y garabataban las castañas, que aguantaban porque mantenían la humedad", explicó Estrada.

La carestía de castañas también se notó en el precio de los frutos: un kilo a seis euros. Un euro más caro que el año pasado. "Al haber menos subió el precio, y no hay más que éstas en todo el festival", comentó Luis Pérez, encargado de servir las castañas. Aun así, agotaron existencias. Y es que el traslado del festival a una nueva ubicación con carpa, que decidió la asociación de vecinos, fue la clave para atraer a más gente. "La verdad es que vino mucha gente, estamos muy contentos", afirmó su presidente, Álvaro Arias.

Y no fallaron. Hasta Aces se desplazaron en la jornada de ayer muchos asturianos, como Amparo Rodríguez y David Tuero, de Gijón, y su amiga Pilar García, de Valencia. "Está muy guapo, es un festival pequeñín pero precioso, y las castañas están buenísimas", según García. Otros repitieron, como César Peláez y Ana Francisca Peláez, de Vegañán (Pravia): "Venimos desde hace muchos años, cuando se hacía en las escuelas", comentaron. Para casa se llevaron flan de castañas y tarta y bizcocho de manzana. Unos dulces elaborados con castañas por las mujeres del pueblo que volaron.

La asociación vecinal también sacó pecho de la feria de artesanía y productos agroalimentarios de Candamo, que congregó lo mejor de la talla de madera o cerámica, así como los productos de la huerta de la época. Entre ellos, Natalia Suárez, con su taller "Woodic" en El Valle. "Es loza blanca esmaltada con toques de lustre de oro, es un acercamiento a la naturaleza desde la cerámica", explicó. No pasaron desapercibidos sus azucareros en forma de teta, la pieza estrella de su colección.

La trigésima sexta edición del Festival de la Castaña de Aces, lejos de desaparecer al albor de otros eventos parecidos coge fuerza y crece. Y todo a pesar de la escasez de castañas.