Hace una década que, coincidiendo con el inicio de la crisis, el sector inmobiliario frenó en seco. Según los expertos, en Candás -y en Carreño- aún no ha vuelto a arrancar. Los profesionales del sector afirman que el ritmo de venta en la capital (y en el concejo en general) es "muy bajo", circunstancia que no favorece la reactivación de la construcción. Además, aseguran, el precio del alquiler también se ha "disparado" en los últimos tiempos.
Villa marinera con encanto, con servicios, bien comunicada con Gijón y con pisos más asequibles que el centro de la capital de la Costa Verde, Candás era, sin lugar a dudas, un lugar de oportunidades para el negocio inmobiliario hace algo más de una década. Pero todo cambió con el inicio de la crisis: se dejaron de poner ladrillos y de venderse pisos. No había dinero y los bancos tampoco daban créditos. "Y así seguimos hasta hoy", lamentan los profesionales del sector.
Según los expertos en el mercado inmobiliario local, para comprar un piso en Candás hay dos opciones principales: o comprar una vivienda seminueva en un bloque con pocos años de antigüedad, para lo que hay que preparar "entre 130.00 y 150.000 euros", si hablamos de una vivienda con tres dormitorios, u optar por un piso viejo en un inmueble antiguo y totalmente a reformar, "que se venden desde 30.000 euros", concretan.
"Ahora mismo, lo poco que se vende es bajo esta segunda fórmula", afirma Silvia Mier, de la inmobiliaria Mier de Candás. La experta asegura que el mercado de segunda mano en la localidad está "muy parado", una circunstancia que, en parte, achaca a los altos precios. "Se están manejando unos precios a los que hoy es difícil llegar", asegura la agente inmobiliaria, que mira con cierta envidia el mercado de otras zonas de Asturias, como Oviedo y Gijón, "donde hay más movimiento": "Aquí la cosa no avanza".
La misma fotografía hace Helio García, también en el sector, para quien, en Candás, "el que vende quiere vender muy caro, y el que compra, quiere comprar barato", lamenta el empresario sobre esta pescadilla que se muerde la cola y que, en parte, tal y como asegura, "tiene el mercado inmobiliario paralizado".
Al igual que Mier, el empresario observa que la oferta de vivienda nueva es prácticamente inexistente y la de segunda mano, "muy desigual". "Hay pisos que están bien, pero también hay muchos de los que están a la venta que no tienen ascensor. Este tipo de inmueble es muy complicado de vender", afirma.
El alquiler, por las nubes
Según los empresarios, el parque de viviendas en alquiler ha experimentado una importante subida, en cuanto a precio, en los últimos años. "Si antes una vivienda se alquilaba en 300 euros, ahora se está alquilando entre 400 y 500", explica Mier, quien predice que esto puede terminar por afectar a la venta de vivienda. "Si sigue subiendo, al final costará tanto como la letra de una hipoteca y la gente acabará optando por comprar", augura la empresaria, quien desliga esta tendencia de la proliferación del alquiler vacacional: "Son mercados totalmente distintos".
