Samartino (Siero) se volcó ayer con sus mayores. "Queremos dedicarles un día a ellos, porque merece escuchar sus anécdotas", explicó Loli Cifuentes, presidenta de la Asociación de Vecinos San Martín de Vega de Poja.

Y algunas de estas anécdotas son las que acumula, por ejemplo, Faustino Ordiales, uno de los homenajeados. Vive en La Cabaña, tiene 87 años y recuerda que la Guerra Civil estalló siendo él un crío. "Me acuerdo muy bien de cuando pasaban los aviones y de los que iban a hacer las trincheras. Por suerte, en Aramil no hubo ataque", rememora. Tampoco se le ha olvidado la miseria que le tocó vivir en aquella época. Así que con 11 años empezó a trabajar con el ganado para poder comer. Con 15 años iba a trabajar desde Aramil a El Berrón, caminado, 15 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta. Tuvo muchos oficios: fotógrafo, reparó carros, ferrero, ferroviario o minero, hasta que con 18 estudió electrónica y se dedicó a reparar aparatos de radio y televisión. Pero ayer tocó ponerse bien elegante para ser homenajeado por una vida tan dura.

También se puso bien guapa Nélida Suárez, de El Valle (Muncó) y natural de Celles. Se casó con Manuel Suárez y trabajó en la labranza, el ganado y crió a dos hijos. "¡Claro que presta!" este homenaje, reconoció.

La gallega Carmen Navia se casó con otro gallego, José García, y ambos recalaron en Samartino por asuntos de trabajo. Igual de agradecida estaba por el reconocimiento de ayer, como Queta García. Ambas lucían coquetas en un día tan especial. "Presta, porque nos hacen un honor y se acuerdan de nosotros", destacaron. Blanca Cayado fue otra de las homenajeadas, que estaba "contenta", al igual que Tino Colunga.