La parroquia carreñense de Guimarán se convirtió ayer en la capital del torto. La comisión de festejos "El Pegoyu" repartió cuatrocientos tortos en la fiesta gastronómica que llenó la cancha polideportiva de la localidad. Picadillo y huevo, cecina y queso de cabra o morcilla matachana fueron los ingredientes que se añadieron a la tradicional masa frita asturiana, a precios de 6 o 7 euros. "Están muy, muy buenos, y los cogimos todos iguales para no enfadarnos y no generar envidia", bromeó sobre la elección Soledad Benito.

En la cocina estaban a tope. Mientras uno freía los huevos, otro se encargaba de pasar el picadillo. Y así durante todo el mediodía, a destajo. "Con lo que recaudamos sacamos fondos para organizar las fiestas de Los Remedios, en septiembre", comentó Sandra López, miembro de la comisión de festejos.

Y el trabajo desarrollado por los vecinos de Guimarán en la cocina se notó en las mesas, donde gustaron mucho todas las conbinaciones que ofrecieron, a las que se podía añadir salsa de queso Cabrales como hicieron Ángel Fernández y Manuel Gayol. "Están muy buenos, y mejor aún con el cabrales", sentenciaron. A su lado, Rafael Santos trataba de cortar el torto con un cuchillo de plástico y, en frente, Jesús López, con la navaja en la mano: "Los vip tenemos buen cuchillo", dijo riendo.

Y también los hubo que no quisieron perder bocado. "Yo cogí de todo para probarlos todos y que haya variedad, aquí siempre estamos encantados", comentó Manuel Pelayo Fernández, otro de los asistentes. Y es que el ambiente en el polideportivo fue inmejorable. Todo con el objetivo de pasar un día ameno, en compañía de amigos y familiares. "Somos gente agradable y nos gusta juntarnos y compartir con los que vengan de fuera", señaló Sergio Fernández.

Tras la comilona, disfrutaron de una esfoyaza que encantó, sobre todo a los mayores, "disfrutan mucho de las tradiciones, hacemos piña y de paso todos aprendemos", afirmó López.

Guimarán sirve los tortos ricos y con buen ambiente.