En el mercado de los martes de la Pola los tomates no sólo son de planta, también los hay de árbol. Ramón Javier de Pablo anima a plantarlos. Además, produce en invierno, cuando las otras variedades no están en temporada. "Ahora es el momento de ponerlos en maceta, abonarlos bien y dejarlos un poco protegidos de las heladas, aunque las aguantan bien", explica este agricultor sierense.

Estos tomates de árbol "son buenísimos para batidos, zumos y ensalada", destaca De Pablo, quien agrega que "tiene una textura distinta" a las variedades de planta, pues "es más parecido a una fruta". Le atribuye "muchas propiedades" saludables y "más vitaminas". Añade que en hostelería se demandan mucho, además de para preparar ensaladas, para repostería. "Cocidos con vino tinto, azúcar y canela son una exquisitez", subraya Ramón Javier de Pablo en su puesto del mercado poleso, donde ofrece plantones de tamarillo, que vende a cinco euros.

Indica que aunque es un árbol originario de Centroamérica, "hace 62 años que llegó a Asturias", donde "se da muy bien", pues "sobre todo, necesita humedad", y en el Principado no le falta. Una de las ventajas del tamarillo frente a las variedades que dan las plantas es que "no le afectan enfermedades como el mildiu, ni la niebla, ni tampoco hay que sulfatar". Así que no es de extrañar que esté "teniendo mucho éxito", aunque sigue siendo demasiado "desconocido porque se cree que el tomate es de planta".

Otro beneficio de cultivar tamarillo es que "no requiere tantos cuidados" como las variedades más populares y el árbol "se hace tan grande como un manzano o un peral", explica De Pablo. Anima a su cultivo porque "en cualquier sitio se da bien, está muy adaptado. Eso sí, necesita estar muy abonado", insiste. Los plantones se colocan en esta época en maceta y se abonan hasta la primavera, que es cuando se plantan y florecen. La cosecha se recoge en invierno. Ramón Javier de Pablo es el único productor conocido de tamarillo en Asturias.