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El Serida conciencia a los cosecheros de que tienen que producir manzana cada año

Enrique Dapena explica que, además de realizar podas, abonado y aclareos, en breve dispondrán de variedades que no son veceras

Enrique Dapena muestra los buenos ejemplares de una descendiente de raxao, que logra regular las cosechas, en la finca del Serida. M.MENÉNDEZ

El sector de la manzana de sidra tiene el gran reto de regular sus cosechas, controlando la vecería de los pumares y logrando manzana todos los años. El Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), con Enrique Dapena, responsable del programa de Fruticultura, al frente, lleva años trabajando en técnicas y variedades para conseguirlo. "Actualmente se dispone de las herramientas técnicas. Es importante darlas a conocer bien y que los productores se decidan a dar el paso que demanda el mercado", dice.

Dapena explica que las tres actuaciones básicas para conseguir cosechas regulares son: poda y abono dirigido, además del aclareo a nivel de flor, para reducir el cuajado, o de fruto, para provocar una caída parcial cuando su tamaño es menor al de una avellana. El Serida desarrolló hace unos años variedades no veceras. Son, por ejemplo, la amariega y la san roqueña, bastantes regulares. Más recientemente, y fruto del programa de mejora, han seleccionado tres descendientes de raxao y dos de perico, con gran capacidad para dar una producción regular. Hay otras, como un descendiente de coloradona, que también permiten lograr cosechas cada año.

"Es parte del futuro", insiste Dapena. Estas variedades "pronto estarán disponibles para los viveristas y productores, pues ahora están en fase multiplicativa", indica. Pero es probable que en 2020 o en 2021 los cosecheros ya dispongan de estos plantones, que alcanzan más rápido la plena producción. No obstante, el año que viene, en algunas fincas acogidas a la DOP se cultivarán de forma semiexperimental y demostrativa. Permiten tener "una producción suficientemente alta, pero no excesiva, sin sobrecargar al árbol. Ésta es la clave" subraya. Su principal ventaja es que no será imprescindible el aclareo, reduciendo así los costes.

"Estamos ante una necesidad de actuar en años en los que se espera una producción alta, como el año 2019", reitera. Pero "hay que estar mentalizado y actuar, así se gana en profesionalidad y se reduce la incertidumbre de si se venderá la cosecha", como ocurrió el año pasado. "Está claro que es un sector con futuro", manifiesta Enrique Dapena, que a mediados de los años 90 ya se anticipó al problema de la vecería y empezó a trabajar para frenarla. El Principado, el Serida, la cooperativa Campoastur, el Consejo Regulador de la DOP y el Consejo de la Producción Agraria Ecológica del Principado de Asturias (COPAE) organizaron unas jornadas en junio, que proseguirán en enero y en febrero, para empezar a tomar medidas en breve con vistas a la próxima campaña.

Pero, además de por exigencias del mercado, Enrique Dapena destaca otras ventajas de las producciones equilibradas para los propios cultivos. Explica que cuando el pumar tiene demasiadas manzanas en desarrollo se produce una competencia nutricional entre los propios frutos, lo que supondrá que serán pequeños y de menor calidad. También afecta al crecimiento vegetativo de la planta, pues, al tener menos hojas, el aporte nutricional se reduce. Cuando hay mucho fruto, repercute en una inhibición hormonal producida por las semillas, que perjudicará la formación de las yemas florales del año siguiente.

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