El apellido Palicio es poco común. Dicen que habrá unos mil "palicios" en todo el mundo. Y todos los que hay tienen ascendencia en la parroquia sierense de Tiñana y en la vecina Tudela de Agüeria, en el municipio de Oviedo.

Esta circunstancia, que por su número y por su adscripción territorial los hace algo especiales, ha hecho que las familias con el apellido quieran mantener sus vínculos vivos más allá de la distancia. Muchos de ellos, para conseguirlo, se reúnen cada año, en dos encuentros en los que, como no podía ser de otra manera, comparten mesa y mantel.

Uno de ellos, quizá el más importante por su ubicación, se hace todos los otoños en la parroquia de Tiñana. Así fue ayer al mediodía. La reunión tuvo lugar el Casa Quelo. Un grupo de cerca de cincuenta personas, formada por familiares con el apellido Palicio y sus parejas, compartieron un pincheo y una posterior comida para seguir estrechando los lazos de una familia que se ha extendido por todas partes.

De los Palicio constan testimonios escritos hace numerosos siglos. Por ejemplo, en los libros de la iglesia de Santiago de Agüeria, en Tudela, aparecen inscripciones con este apellido. Y cabe presumir que habría muchos más en los archivos de otras iglesias de la zona que fueron destruidos durante la guerra civil.

Pero, aunque no en Asturias, podemos remontarnos más atrás para encontrar testimonios que dan fe de la existencia del apellido. En el año 1200, se ha constatado la existencia de contratos en la Corte de Aragón a nombre de un Palicio.

Tampoco le faltan personajes ilustres a la familia. En torno a 1500 consta el nombre de Pedro Abad Palicio, obispo fundador de la orden carmelita de Sicilia de cuya familia descenderá, años más tarde, un lugarteniente de Carlos III, que llegó a ser el jefe de todas las tropas del reino en Nápoles y Sicilia. Este personaje, no obstante, murió sin descendencia.

Los organizadores de la fiesta de ayer aseguraban que "todos los Palicio que se puedan encontrar en los últimos trescientos o cuatrocientos años tienen su ascendencia en Tiñana". Y de la parroquia sierense se han ido a todas partes. En la reunión de ayer había Palicios llegados de Madrid, de Málaga o de la ciudad argentina de Río Gallegos.

Y, por supuesto, de Asturias. Hay muchos afincados todavía en territorio sierense. Incluso, en la localidad de San Pedro de Naves hay una familia Palicio Palicio.

Los de cerca y los de lejos se daban cita ayer para comer un menú muy asturiano, como no podía ser menos. Tras un aperitivo, comieron fabada, lacón cocido y cabritu a la estaca, una comida de corte tradicional que era lo que pedía la ocasión. El próximo encuentro tendrá lugar en primavera, en otro concejo asturiano. Y en otoño, de vuelta a Tiñana.