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La fábrica de Ortiz, de fallido museo de la conserva a una sala polivalente para Candás

La oposición municipal, dividida sobre el proyecto museístico El PP teme que Carreño pierda la subvención estatal con la que se reformó la fábrica

Un concierto de la Orquesta de la Universidad de Oviedo en la antigua fábrica de Ortiz.

Hubo una época, antes de la crisis, en la que toda comarca asturiana tenía, iba a tener o pretendía tener su museo. Muchos de ellos fracasaron; otros se quedaron por el camino y nunca llegaron a abrir sus puertas. Éste último es el caso del Museo de la pesca y la industria conservera de Candás, pensado para la antigua fábrica de Ortiz. Tras ejecutarse una primera fase, en la que se renovó la estructura del inmueble y se habilitó su interior, el proyecto sigue a la espera de una segunda actuación, en la que ya se daría forma al espacio expositivo. Mientras tanto, el inmueble es utilizado como espacio multiusos, una aplicación que no desagrada en el concejo, aunque hay voces que siguen pidiendo que se dé forma al museo.

La falta de financiación para ejecutar la segunda fase de manera inminente, hizo que en 2012, cuando terminó la rehabilitación del edificio, el gobierno local, por entonces también socialista, decidiese abrir las puertas de Ortiz como sala polivalente.

Desde entonces, el inmueble, ubicado en pleno corazón de la villa marinera, ha albergado conciertos de la Banda de Música, el certamen de música clásica, encuentros de encaje de bolillos, monográficos de pita pinta... Todos con notable éxito, al menos en lo que a afluencia de público se refiere.

"Al ser un espacio más céntrico, hay gente que pasa por allí, ve que hay movimiento y entra" explica José Miguel Karrera-Genoba, presidente de la Banda de Música de Candás, una de las entidades que más utiliza estas instalaciones. Tanto es así, que Karrera-Genoba, a quien no le importaría que el museo no llegase a concretarse, propone que, en caso de ejecutar esa segunda fase, se deje un espacio diáfano en la planta baja "para auditorio".

Sin embargo, ejecutar el museo puede ser una obligación para Carreño. Así lo afirma un informe del Secretario Municipal firmado en 2014, en el que se reconoce que el Ayuntamiento podría perder la subvención de 800.000 euros otorgada por el Estado con los que se abordó la rehabilitación del inmueble si éste no tiene uso museístico. El mismo texto también reconoce que, mientras no haya disponibilidad presupuestaria para concluir el proyecto -se estima que hacen falta 1,6 millones de euros-, éste puede seguir dedicándose a usos dotacionales.

"Es necesario aclarar si la subvención está en riesgo o ya no hay posibilidades de que el Ministerio de Cultura reclame ese montante", apremia el portavoz del PP, José Ramón Fernández, quien no apoya el proyecto museístico. "Será un gasto corriente más para el Ayuntamiento. Sólo apoyaríamos su construcción en caso de que, efectivamente, pudiésemos perder la subvención", explica.

Quienes sí apoyan el proyecto son los de IU. Además, creen que el museo debe ser compatible "con las actividades sociales del pueblo". Sobre cómo afrontar la segunda fase, la coalición cree que Carreño debe buscar líneas de financiación europeas y estatales, aunque también entiende que es necesario destinar recursos municipales a esta obra.

Sin embargo, IU critica que el PSOE no ha dado pasos en el último mandato para concretar el proyecto. "Lo triste está en que, por vagancia e inoperancia, no se hizo nada en todo el mandato", carga el portavoz de IU, Ángel García.

Somos, que todavía no existía cuando se aprobó este proyecto, lo apoya pero apuesta por matizarlo. "Sería interesante que, de hacerse, tuviese colaboración con el Museo Marítimo de Luanco y, por ejemplo, se organizasen excursiones en barco a ambas colecciones", propone su portavoz, Carlos López.

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