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"El velódromo de Grado está perfecto", constata el campeón candamín Jaime Vega

El ciclista de 23 años prueba la recién estrenada instalación y triunfa entre las nuevas generaciones: "Siento mucho el cariño de la gente"

Jaime Vega, en el velódromo. SARA ARIAS

Sesenta kilómetros por hora en velocidad punta. Es el máximo que ha conseguido, hasta el momento, el ciclista candamín Jaime Vega Espina, en el velódromo de Grado. Una nueva infraestructura deportiva para el municipio en la que el campeón de España en diez ocasiones de la disciplina keirin de pista ha asesorado en la parte técnica para conseguir los máximos. "Primero vimos otras pistas y luego les cambié un poco los esquemas porque con lo planteado, a más de 30 kilómetros por hora, te podías salir", afirma mientras prueba con LA NUEVA ESPAÑA las nuevas pistas de Grado.

El ciclista, de 23 años, inició los cambios con el ancho de la pista, "para que si llegas a unos 54 km/h toques un poco con el freno y sigas". También el peralte, la inclinación de la cuerda, se aumentó con el objetivo de conseguir un mínimo de rodaje "como lo que se pueda alcanzar en carretera, si no más". Por último, Vega insistió en la necesidad de una pintura de la mejor calidad y reglamentada por la Unión Ciclista Internacional (UCI). "Está genial, el agarre es preciso y lloviendo no hay ningún problema".

En definitiva, un velódromo que "está muy bien hecho para las necesidades que había", opina. "Ahora que ya lo probé de verdad, creo que está perfecto, la luminosidad es ideal y un factor clave porque se puede entrenar por la noche, lo que para mí es primordial". Además, indica que aunque no cuenta con los 250 metros de cuerda necesarios para albergar competiciones federadas, sí es apto para acoger juegos escolares.

La pista ya está abierta a los moscones todos los días, excepto en horario escolar o los lunes y viernes de 18 a 20 horas, cuando entrena el club ciclista Santi Pérez-Castillo Gauzón, a quienes acompañó Vega en una de las sesiones para auténtico disfrute de los pequeños y jóvenes ciclistas de la cantera moscona. Al final, acabó rodeado. Un ídolo y un ejemplo para los ciclistas en formación del concejo. "Siento mucho el cariño de la gente de Candamo y Grado, sobre todo de mis compañeros de clase, que siempre me mandan mensajes de apoyo, y por su puesto el equipo".

Vega, que estudia el grado de Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la Universidad de Oviedo, así como chino y un curso de entrenador ciclista, afronta el 2019 con un profundo cambio que es pasar de competir en velocidad a hacerlo en fondo: "Es un nuevo reto, tengo muchas ganas y quiero hacerlo bien". Para ello, ya está en pleno cambio físico, en transición de los 90 a los 75 kilos de peso. "Ya estoy en 79", detalla. Los entrenamientos, más livianos pero de mayor duración. Mucho gimnasio y salidas a la carretera.

Tiene la mente y las ganas puestas en revalidar sus títulos, desde los diez oros del Campeonato de España a otras diez platas y cuatro bronces desde 2011 en keirin o un subcampeonato y una tercera plaza en velocidad. El año pasado, quedó séptimo en el Europeo y está clasificado para la próxima Copa del Mundo. El joven, de San Román de Candamo, aspira a todo. Y el velódromo moscón será parte de sus futuros triunfos.

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