Conmoción en Candás por el fallecimiento de un hombre de 36 años en plena calle. Los hechos tuvieron lugar ayer en torno a las 8.30 horas en la calle Cruz, cuando el fallecido, Luis Manuel Lombao Ruiz, se dirigía junto a su padre al ambulatorio. Fue entonces cuando, sin previo aviso, se desplomó. Algunos de los testigos avisaron inmediatamente al personal médico del centro de salud, a menos de 100 metros del lugar de los hechos. Sin embargo, cuando llegaron a socorrerle ya era demasiado tarde y no pudieron hacer nada por salvarle la vida. El revuelo por lo sucedido hizo que la noticia corriese ayer como la pólvora por la villa marinera, donde muchos lloraban al fallecido, "un chaval muy cariñoso y educado".

Luis Manuel Lombao se dirigía caminando junto a su padre, Ángel Luis Lombao, al centro de salud de Candás. Llevaba unos días encontrándose mal. Aunque se había vacunado, el cuadro sintomático hacía pensar que se trataba de una gripe. No obstante, ayer por la mañana iba al ambulatorio para que le hicieran una analítica.

Así las cosas, padre e hijo -"inseparables", como recordaban ayer en Candás- abandonaron a primera hora de la mañana su domicilio en la zona de La Baragaña con destino al ambulatorio. El paseo, de unos 200 metros, estaba siendo agradable. Pero cuando encaraban los últimos metros del trayecto, justo antes de cruzar la avenida Reina María Cristina, única vía que les separaba ya del centro de salud, todo se torció.

"Íbamos caminando hacia el ambulatorio cuando, de repente, le fallaron las piernas y se cayó al suelo. No avisó de que se encontrase mal ni nada", explicaba ayer, casi sin encontrar palabras, el padre del fallecido. "Se llevan a todos los buenos", lamentaba intentando contener las lágrimas.

Aunque nacido en Madrid, Luis Manuel Combao llevaba viviendo en Candás junto a su familia más de un lustro. Su gran afición era la música y tocaba el piano. Los que le conocían destacan de él su "exquisita educación" y que "era un chico muy amable y cariñoso".

Combao frecuentaba junto a su familia varios establecimientos de la zona de La Baragaña, donde ayer nadie daba crédito a lo ocurrido. "Es una auténtica lástima. Aunque tímido, era muy simpático y educado", comentaban en una cafetería en la que solía parar. El funeral será hoy, a las 17.00 horas, en la iglesia candasina de San Félix.