"Era una lección de vida para todos, un chaval todo risas y alegría", dicen en Siero aún consternados y sin poder creerse la muerte de Félix Llaneza, presidente de la Asociación de Festejos La Llosa, de Santa Eulalia de Vigil (Santolaya), que falleció el martes en Perú. Llaneza murió en plena cordillera de los Andes, durante una expedición con la ONG con la que estaba allí desplazado. Ayer sus restos fueron trasladados a Arequipa, donde esperaban practicarle la autopsia y posteriormente proceder a los trámites para su repatriación.

La noticia de su muerte ha sido un duro golpe para los que lo conocían, que lo recuerdan con gran cariño. "Éramos primos segundos. Félix era una pasada de chaval, un amigo inigualable y como compañero de trabajo un diez", apunta Alejandro Díaz, que además de ser familia, trabajaba con Llaneza en una empresa de recambios para maquinaria en Meres.

"Los trabajadores están muy afectados, le querían mucho porque siempre tenía buenas palabras con todo el mundo", explica Díaz, que además recuerda su juventud con Llaneza: "Desde críos salíamos juntos por ahí. Somos de la misma edad. Historias con el vivías todos los días".

En su pueblo, Santolaya, también era un día para su recuerdo. No en vano, había impulsado junto a otro grupo de jóvenes la asociación de festejos, que en 2015 recuperó las fiestas tras más de veinte años sin celebrarse.

"Los que vivimos aquí lo sentimos muchísimo. Lo conocíamos desde crío, aunque desde que fue a vivir a El Berrón lo veíamos menos", comentó Avelino Menéndez, residente en Santolaya. "Siempre tuve buen trato con el y con los padres", añadió.

En El Berrón, donde residía, era también una cara muy conocida y una persona muy querida. "Era un chaval excelente. Estaba de voluntario con esa ONG y ya había ido en otras ocasiones como voluntario. Aquí lo apreciaban mucho también porque era presidente de las fiestas de Santolaya", relató Heriberto Tascón, vecino de El Berrón.

Tascón describe a Félix Llaneza como una persona "muy responsable", que estaba "muy centrado en el trabajo, la familia y los amigos". Por todo esto, subraya que se quedaron "fríos" cuando se enteraron de la noticia" y trasladó el pésame a su familia.

En la misma línea se pronunciaba Vicente Martínez, dueño de un establecimiento hostelero en la localidad. "Fue un golpe bastante duro. Era un chaval que se hacía querer y le vamos a echar mucho de menos", destaca el hostelero, que lo describe como: "Una persona introvertida al principio, pero fenomenal cuando lo empezabas a tratar".