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La Villa tiene su "héroe mundial"

Juanín Fernández, de 31 años y ciego desde los 16, gana fama internacional con sus proezas como atleta

La Villa tiene su "héroe mundial"

Su tesón, fuerza de voluntad, sentido del humor y un ímpetu irrefrenable han convertido a Juan Fernández Llames, más conocido en Villaviciosa como Juanín, en un héroe de reconocimiento internacional. Los suyos ya sabían que lo era porque son sabedores de su espíritu de superación, pero lo que no podían ni imaginar es que un vídeo suyo, contando su historia y mostrando cómo corre solo por el monte a pesar de su ceguera, fuera a ser recogido en un perfil de la red social de Facebook junto a otros "héroes mundiales".

"Lo mejor que sabe hacer en el mundo, aparte de correr, es superarse a sí mismo". Con esta frase comienzan a relatar la historia de este maliayés desde Chile."No hay nada que se interponga en su camino".

Juanín, que tiene 31 años, apunta que estos reconocimientos son "muy importantes", porque "animan" a seguir adelante, aunque no se considera un héroe. Atribuye sus triunfos al "trabajo y a no quedarse en casa; hay mucho esfuerzo detrás".

A los siete meses, los médicos le detectaron hidrocefalia, por lo que le tuvieron que operar para colocarle una válvula en la cabeza. No tenía sensibilidad ni en el pie ni en la mano derecha, pero gracias a la rehabilitación logró recuperarla. Pero una presión intracraneal le dejó ciego a los 16 años, al necrosar el nervio óptico. Así que tocaba iniciar una nueva etapa y Juan Fernández Llames se trasladó a Madrid, para aprender a adaptarse a su nueva situación en un colegio de la ONCE. Por ejemplo, necesitaba iniciarse con bastón, desarrollar otros sentidos o aprender a leer en braille.

En la capital comenzó a correr en pista y ahí le entró el gusanillo del atletismo y las carreras. Necesitaba un guía o más y los consiguió. Uno de ellos es el atleta Javier Fernández, "los ojos" de Juanín. Su currículo incluye 34 carreras de montaña (incluida una media maratón), 4 subidas al monte Cayón (Piloña) y 5 carreras por Muniellos, por citar sólo algunas. Su próximo reto es un duatlón, intercalando carrera a pie con bicicleta.

Este invidente también practica piragüismo y no se ha echado para atrás a la hora de subir en globo, en parapente, trainera o moto acuática, así como hacer buceo en piscina, skate o escalada. La espina que tiene clavada es que no podrá conducir, pero para intuir qué se siente ha montado en un coche de rallye dentro de un circuito como copiloto. Y es que lo primero que les dijo a sus padres cuando le comunicaron que no volvería a ver es que se iba a quedar sin llegar a pilotar: los coches eran y son su pasión.

Javier y Juanín empezaron a entrenar en asfalto, pero el guía trasladó al maliayés su pasión por la montaña, pues, aunque "sea más difícil, es más agradable para su percepción y sentidos. En monte alternas, corres, caminas, hay distinto terreno y él lo percibe 20 veces mejor que nosotros porque tiene una gran percepción sensorial", destaca el atleta. Además, Juan Fernández memoriza los circuitos. "Hay un antes y un después desde que le enseñamos a correr sólo con la voz", destaca el guía. La clave es que "disfruta" con cada entrenamiento y cada carrera, asegura su guía. El 30 de noviembre, Juanín también recibió el reconocimiento de la Federación de Montaña del Principado de Asturias. Porque él sí es profeta en su tierra y héroe para los suyos.

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