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"Hay un estancamiento de la pobreza", alertan en Cáritas de Pola de Siero

El director local de la entidad, Vicente Montes, destaca la gran "generosidad de los polesos" con sus donaciones de dinero, ropa o alimentos

Vicente Montes, ayer, en la entrada de la sede de Cáritas, en la Pola. MARIOLA MENÉNDEZ

"Hay un enquistamiento de la pobreza". Así lo afirma el director de Cáritas parroquial de Pola de Siero, Vicente Montes, que realiza un balance del año que acaba de finalizar.

Aunque en 2018 atendieron a un número similar de familias a las del año anterior -las alrededor de 90 habituales, más otras 20 a las que también prestaron su ayuda- ha constatado que "la transmisión patrimonial de la pobreza es un hecho y con un agravante, pues son familias numerosas, con muchos hijos, en esta situación". Por lo que teniendo en cuenta la baja natalidad en Asturias, situación a la que Siero no es ajena, "en el futuro tendrá una repercusión social". Así que Vicente Montes reclama, porque ve necesaria, "una intervención pública sistemática de una ayuda real a las familias y a los menores". Manifiesta que "una protección real" ayudaría a corregir situaciones de violencia doméstica.

El perfil habitual es el de núcleos familiares que "casi nunca tuvieron trabajo y tienen muchos hijos". La mayoría, como mínimo, tres. Durante la crisis se incrementaron los casos de quienes sufrieron una "situación ocasional de pobreza", pero ahora "menguó" el número de estas familias que pide asistencia a Cáritas. "Lo único que tenemos que dar es esperanza porque lo material no palia la pobreza ni con mucho", manifiesta Montes.

Lo que buscan es, primero, ayuda material, pero también "un lugar de encuentro con una persona que saben que les va a aportar respeto, atención y cariño". Además de esta ayuda a las familias, en Cáritas de Pola de Siero, atienden a los "sin techo", propiciándoles ropa, aseo, comida, así como calzado dos veces al año y una vez, saco de dormir y mochila. En 2018 sirvieron unas 1.500 comidas y cenas. Sorprende que algunos, sin tener un hogar, residen de habitual en la Pola.

Pero nada de esto sería posible sin la generosidad de los polesos, con sus aportaciones y donaciones, tanto en dinero como en ropa o alimentos.

Son 30 voluntarios los que tratan de hacerles más amable a los más necesitados en la delegación de Cáritas parroquial de la capital sierense. Pero "lo que se necesita es una renovación generacional. No hay relevo", señala Montes, que con jóvenes se refiere a menores de 60 años. Él, mismamente, lleva cinco al frente, como director, y pide relevo para evitar que "la creatividad se agote" y también porque es una responsabilidad que requiere un gran trabajo y afrontar problemas complejos.

Destaca que además del convenio con el Ayuntamiento de Siero, de gran ayuda, tiene acuerdos con la clínica odontológica Vigil Escalera y Óptica Venero, lo que les permite poder afrontar "atenciones importantes".

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