Gerardo Fabián (La Cotariella, 1979) se convirtió en Alcalde de Cabranes en julio de 2014, tras una serie de circunstancias. Alejandro Vega renunció a dirigir el concejo al aceptar el cargo de diputado regional y le sucedió Benjamín Prida, a quien Fabián tuvo que sustituir, primero por su enfermedad, y después tras su fallecimiento. En las últimas elecciones concurrió como candidato socialista y logró 7 de los 9 concejales de la corporación. Este ingeniero técnico industrial compagina la responsabilidad municipal con la que le requieren su empresa y su familia. Está casado con la enfermera Emma Moatassim y tienen tres hijos.

- ¿Qué valoración hace de este mandato?

-Muy buena, estoy muy contento. Afrontamos el reto de la eficiencia al gobernar una administración tan pequeña. Tenemos un problema estructural de base con muy mala solución, porque somos un ayuntamiento pequeño (1.062 habitantes repartidos en 40 kilómetros cuadrados) con muy pocos recursos y muchos servicios. El presupuesto de Cabranes tiene dos tercios de gasto corriente, menos de un tercio de personal y no existe partida de inversiones. Entonces, mantener este municipio cuesta mucho trabajo. De hecho, tuvimos que prescindir del archivo de la Comarca de la Sidra o la Agencia de Desarrollo Local por no poder pagarlos. Tenemos servicios públicos de muy buena calidad como la residencia, el polideportivo, infraestructuras buenísimas... Hay que mantenerlos, pero somos los que somos.

- ¿Qué soluciones plantea?

-Agrupar servicios con otras administraciones. Llevo peleando por esto desde que llegué aquí. La Comarca era equivalente a una agrupación de municipios, pero al no ser tan eficiente porque es un ente superestructural, que por sí mismo ya tiene unos costes, pues a un ayuntamiento tan pequeño le conviene más compartir los servicios directamente con otra administración.

- Ponga un ejemplo.

-Nos conviene agrupar la plaza de secretaría e intervención o una máquina con Piloña o la Agencia de Desarrollo Rural con Villaviciosa. Como nos pasa con la secretaria, no tenemos para pagar una persona todos los días, ni tampoco la necesitamos, pero sí un día a las semana, y no vas a hacerle un contrato de dos horas al día porque es empleo precario. Sin embargo, otro ayuntamiento que necesite lo mismo que tú y otro, creas un puesto de trabajo para tres ayuntamientos. Creo que ese es el futuro de las administraciones pequeñas: ahorrar y agrupar servicios para optimizar costes. Es la clave.

- ¿Ya lo han empezado a poner en práctica en Cabranes?

-Sí, ya lo estamos intentando. El Principado o el Estado deberían reconfigurar esos servicios, porque si en Cabranes ahora estamos funcionando bien con una secretaria un día a la semana, no pueden obligarte a tener una todos los días porque no tienes con qué pagarle. Eso es un desastre económico y lo imponen. Pedimos ayuda a la Administración no para que nos solucione el problema, sino para que no nos lo dé. Hay que ser muy eficientes.

- ¿Cómo lo llevan a la práctica?

-No tiene sentido tener el despacho caliente si sólo estoy unas horas. Pues vengo con el polar y esto al cabo del año pueden ser 500 euros. Hay que ahorrar, apago el radiador. Tienes que gestionar el ayuntamiento como si fuese tu casa. Hay una tendencia de que lo público se derrocha, pero es todo lo contrario. Lo público es de todos, y si uno lo derrocha no queda para el otro. Entre todos tenemos esa responsabilidad y hay que enseñarlo desde el colegio.

- ¿Cuáles son los servicios más deficitarios?

-Hay muchos, pero hay que mantenerlos. Por ejemplo, la residencia o el centro rural de apoyo diurno son deficitarios, pero son servicios sociales y hay que optimizar los recursos para seguir prestándolos de la misma manera. El vivero de empresas también nos cuesta dinero, pero hay que mantenerlo también.

- Otro objetivo de Cabranes es fijar y seguir atrayendo población. ¿Cómo lo consiguen?

-La gente viene a Cabranes porque está muy bien comunicado y porque gusta. Pero vivir es diferente. Tienes colegio, buena asistencia sanitaria, buena comunicación, pero hay que trabajar, y hacerlo en Cabranes es un reto. Por eso damos todas las facilidades para conseguirlo. Es una lucha continua del lado del emprendedor. El objetivo es apoyar a los vecinos para emprender.

- ¿Cuál es su gran meta como alcalde?

-Casi, casi ya estamos consiguiendo que Cabranes sea el municipio de Asturias a la cabeza en crecimiento de población. No es fácil porque como población envejecida que tenemos faltan muchos vecinos y mantenerse ya es un logro. Eso pasa atrayendo gente. Nuestra responsabilidad es poner todo el empeño para que el que quiera venir a Cabranes pueda quedarse y favorecer el emprendimiento. La ganadería tradicional no está agotada, pero no tiene un relevo generacional visible, por lo que hay que animar a emprender y transformar esos productos. Otro pilar fueron las buenas telecomunicaciones.

- ¿Cuál es su gran logro?

-Haber conseguido una estructura funcional. Tenemos una buena estructura interna de organización de personal y a nivel político. Son pilares fundamentales para la gestión. Por ejemplo, para lograr dinero para inversiones hay que estar siempre pendientes de las convocatorias y financiación externa teniendo la documentación ya preparada y concurrir a todo. Aquí tengo un listado de 70 obras que vamos desarrollando según vamos buscando financiación.

- ¿Repite como candidato?

-Sí. No hay mayor orgullo en política que ser alcalde de tu pueblo. Después de haber solucionado los problemas de organización y en la agrupación tenemos una experiencia y trayectoria que nos dan muchísima más capacidad para gobernar Cabranes ahora que en 2015. Cualquiera cree que es fácil estar en política, pero las exigencias son muy grandes. En política deben de estar los mejores. No hablo de titulaciones, pero sí de altura de miras y capacidad de gestión.