El PSOE se queda solo

El gobierno socialista afronta el final del mandato sin apoyos tras volar por los aires sus acuerdos, primero con IU y últimamente con Somos

Amelia Fernández.

Amelia Fernández. / LUISMA MURIAS

Candás, A. DE LA FUENTE

Solo ante el peligro. O, más bien, ante el Pleno. Así parece que afrontará el PSOE los últimos meses del mandato. Las relaciones de los socialistas con IU y Somos, sus formaciones a priori más afines en la corporación, no pasan por su mejor momento. Y es que los últimos cuatro meses de gestión del gobierno liderado por Amelia Fernández, en los que ha tenido que ver cómo su teniente de alcalde y mano derecha, Gabriel Rodríguez, renunciaba a su acta por presuntamente instar a una proveedora a engordar facturas, y cómo se frustraba su plan de expropiación del teatro Prendes, le han alejado de sus adversarios políticos.

Al PSOE cada vez le salen peor las cuentas. Tiene seis de los 17 escaños del Pleno, por lo que necesita el apoyo de tres ediles más para alcanzar mayorías absolutas. Enfrente tiene al Partido Popular, con el que no ha tenido el más mínimo atisbo de entendimiento en todo el mandato. Queda más que patente en todas las sesiones, donde los choques entre ambas formaciones parecen de trenes: son frontales y con virulencia.

Al comienzo del mandato, y parecía que para los siguientes cuatro años, el principal socio del PSOE era Izquierda Unida, con tres ediles. Ambas formaciones entretejieron acuerdos, entre ellos los presupuestos municipales de 2016, dejando al margen a los recién llegados Somos, afines a Podemos, que entraron en la vida municipal de Carreño con cuatro asientos. Si bien, la confianza y las tensiones comenzaron a ser inversamente proporcionales con el paso de los meses. IU acusaba al PSOE de falta de diálogo y de incumplimiento de promesas, mientras los socialistas iban, poco a poco, alejándose del grupo encabezado por Ángel García.

Así las cosas, la relación entre ambos se fue deteriorando hasta romperse, en 2017. La frustrada expropiación del teatro Prendes con el ahorro del ejercicio pasado, gestada el pasado noviembre y a la que IU se negó en todo momento, al entender que era una inversión que no debía ejecutarse ni por vía forzosa ni con el sobrante del anterior presupuesto, parece haber sido la gota que ha colmado el vaso y ha llevado esta confrontación un paso más allá, hasta el punto de que IU anunció esta semana que no apoyará ninguna propuesta de los socialistas antes de las próximas elecciones.

En 2017, tras alejarse de IU, la regidora volvió a mirar hacia la izquierda, hacia Somos, para buscar apoyo. Tras meses de cortejo, ambas agrupaciones lograron sellar un pacto que dio lugar, entre otras cosas, a la aprobación de las cuentas o las inversiones con el ahorro del ejercicio anterior. Desde entonces, y con sus más y sus menos, la agrupación de electores que tuvo a Carlos López como cabeza de lista ha sido el principal aliado del PSOE.

Mismamente, y aunque reiteraron en numerosas ocasiones que no compartían las formas, Somos fue el único grupo que respaldó a los socialistas en el frustrado intento de expropiación del Prendes. Y este parece ser también el punto de inflexión en las relaciones entre ambas agrupaciones. La para muchos opaca gestión del PSOE en el tema del Prendes, sumado a la cercanía de las elecciones, que les incita a separarse de sus rivales políticos, puede ser la estocada definitiva a la relación entre ambos grupos políticos.

De ser así, el PSOE se quedará solo en el Pleno. El equipo liderado por Fernández tendrá en el próximo Pleno una buena oportunidad para ver cómo de revueltas bajan las aguas. Lo hará sometiendo a votación una inversión de 255.000 euros para cerrar la pista deportiva de Guimarán y El Valle.

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