El Ayuntamiento de Grado ha comprado por casi 65.000 euros tres fincas ubicadas en El Rellán donde está la fosa común más grande del concejo y una de las mayores de Asturias, conocida como La Chabola, y donde se estima que hay alrededor de trescientas personas enterradas, tanto soldados de la Guerra Civil como víctimas de la represión franquista. El objetivo de equipo de gobierno de IU es "dignificar" el espacio, cuyo suelo "oculta el terror", y abrirlo a los investigadores para la posible exhumación de los cuerpos, entre los que hay 29 personas ya identificadas por los investigadores de la Universidad de Oviedo.

"En cualquier caso, todo lo que se vaya a hacer aquí se hará en consenso con las familias de los represaliados", afirma el Alcalde, José Luis Trabanco, al anunciar la medida. Y es que el Ayuntamiento dejará a disposición de las familias un espacio mausoleo en el cementerio municipal, en la actualidad en obras, para que depositen allí los restos de las víctimas si es su deseo.

La operación de compra llevó meses de negociación y se firmó el pasado 28 de diciembre entre el Consistorio y la familia Navas, propietaria de los terrenos, donde también hay un almacén y una antigua granja de cerdos, que se construyó sobre parte de la fosa común. Son más de 12.000 metros cuadrados y, según detalla el regidor, no se ha pagado ni un euro más que lo previsto por los técnicos municipales.

La medida, que a buen seguro generará polémica en el concejo, es una de las últimas apuestas del equipo de gobierno de IU en lo que queda de mandato y, según el regidor, se trataba de una disposición que "era difícil, pero lo teníamos que hacer". Para la concejala María José Miranda, es un éxito político. Y, en ese sentido, critica la falta de consignación presupuestaria para la Ley de Memoria Histórica.

La fosa común de La Chabola fue abierta en una trinchera de guerra y sus primeros muertos fueron combatientes, en octubre de 1936. Después también fueron enterradas víctimas de la represión franquista, cuyas familias luchan por la dignificación del espacio, conocido nefastamente como "La gochera".