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Marañuelas sin fronteras

Las familias Alfaraz y Villar viajan con el dulce de Candás, que fotografían en lugares icónicos y ofrecen a todo el mundo: "No hemos encontrado a nadie a quien no le hayan gustado"

Si existiese el título oficial de "Embajador mundial de la marañuela de Candás", éste debería ser ostentado, sin la menor de las dudas, por las familias Alfaraz y Villar. Y es que ambas proles, amigas, de raíces castellanas y criadas en Carreño, llevan más de una década viajando por el mundo con varios paquetes del mantecoso dulce a cuestas para ofrecerlo a todo aquel que se cruza en sus camino y para inmortalizarlas en las estampas más icónicas de cada destino.

Las marañuelas viajeras de los Alfaraz-Villar comenzaron a girar por el mundo hace muchos años. De hecho, tal y como asegura Paquita Alfaraz, en su maleta siempre había al menos un paquete del mantecado carreñense. Pero no fue hasta hace más o menos una década cuando comenzó a quedar constancia de su internacionalización.

"Fue en un viaje a Túnez. Aunque todavía eso no estaba de moda, medio por hacerle una foto a una marañuela. Luego seguí, seguí... y hasta hoy", explica con sinceridad sobre el inicio de las postales con sabor carreñense que han tenido como fondo España, media Europa, Norteamérica, Sudamérica y África; y en la que también ha colaborado su familia postiza, los Villar, que también han contribuido lo suyo.

Aunque lo que queda de las excursiones con la marañuela son las fotos, Alfaraz afirma que, realmente, es mucho más. Para empezar, que no vuelven. Y es que una costumbre que tienen ambas familias es darla a probar a todo aquel que se interesa por ellas. "Yo de inglés ni papa. Pero por gestos les intento explicar qué son, de dónde vienen...", cuenta entre risas Alfaraz sobre el lenguaje universal que emplea para hablar de su dulce fetiche: "El resultado es siempre el mismo. Levantan el pulgar y sonríen. Y eso quiere decir que está buenísimo".

Y es que otra cosa que les ha quedado más que claro a ambas familias es que la marañuela de Candás triunfa allá por donde va. "Nunca hemos encontrado a nadie a quien no le haya gustado", reconoce con sinceridad la carreñense, al igual que asegura no haberse encontrado con ninguna elaboración que se le asemeje. "Y mira que me consta que en Sudamérica hay cosas parecidas, y que en el mundo tiene que haber...", afirma.

De orígenes castellanos, Alfaraz nació en Carreño hace 56 años. Su primer contacto con las marañuelas le llegó de bien niña, gracias a una vecina de Carrió. "Eran las más ricas que probé en mi vida", recuerda sobre aquella delicia que ahora da a conocer allá por donde va y que reconoce no saber cocinar: "Lo mío es comerlas".

El próximo viaje que le espera al tradicional dulce carreñense será un crucero por la costa este estadounidense, en el que seguro logrará ganarse a todo el pasaje y la tripulación. De ello se encargan sus embajadores.

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