Los Servicios Sociales de Siero afrontan el reto de reestructurarse para ser más eficaces y eficientes, después de que el peso de la crisis recayera en este área. No sólo atienden a personas necesitas sin trabajo, también a sierenses que a pesar de estar en activo no llegan a fin de mes por la precariedad de sus empleos.
- Usted insiste en que la crisis recayó en Servicios Sociales, ¿cómo se refleja esa situación?
-En 2015, se destinaron 100.000 euros para ayudas de emergencia y en 2018, fue de 222.000 euros y se agotaron. Eso significa el doble del volumen de trabajo y de los demandantes de ayuda. También han aumentado las becas de comedor escolar, ayudamos con convenios a organizaciones como Cáritas y Cruz Roja, además gestionamos otras como las de pobreza energética o a familias con hijos a su cargo.
- ¿Qué destacaría?
-Que hay gente que viene a pedir ayuda teniendo una nómina. Es decir, que tienen un trabajo, pero es tan precario que no les llega con lo que cobran. Por ejemplo, hay quien gana unos 500 euros, al ser un empleo por horas, pero no es suficiente para una familia y tienen que venir a solicitar ayuda.
- Ha aumentado el número de demandantes de ayuda, ¿qué perfiles son?
-Tenemos aquellos usuarios a los que ya atendíamos y ahora también aquellos que cayeron con la crisis, porque se quedaron sin trabajo o han accedido a uno, pero precario. En realidad, no hay un perfil y atendemos a usuarios de cualquier edad.
- ¿Cree que la fase más dura de la crisis ya ha pasado?
-En mi opinión, creo que la crisis no ha pasado y que está llegando a familias que en otros momentos no habían tenido estas necesidades. Con esta situación puede identificarse cualquier persona o familia que tiene un trabajo más o menos estable, pero que si surge un extra no son capaces de asumirlo y te ahoga. Hay mucha gente así.
- ¿Cuál es o ha de ser la labor de Servicios Sociales?
-Debe ser la intervención social. No se trata sólo de dar una ayuda inmediata, si no ayudarles a tener una estabilidad en el tiempo. Es en lo que estamos trabajando. Pero la demanda ha crecido tanto que a veces nos tenemos que quedar en ayuda inmediata.
- ¿Cuál es el gran reto que han de afrontar los Servicios Sociales en Siero?
-Es fundamental reorganizar los recursos, que es algo que también está tratando el Principado. Es necesario en todos los sentidos, para ser más eficientes y eficaces. Tenemos que conseguir otro tipo de intervención más allá y eliminar tanta burocracia con una mejor gestión de los recursos. Por ejemplo, estamos dando vueltas sobre cómo gestionar las ayudas de emergencia.
- ¿Qué avances o mejoras destaca de su departamento en este mandato?
-Algo muy positivo fue el cambio de ubicación de Servicios Sociales en la Pola. Ganamos en todo: en espacio, privacidad, atención a los usuarios... Además, implantamos la cita previa, también para mejorar la atención, y tenemos un ordenanza, que era necesario. En el caso de Lugones, se trasladarán al centro polivalente, que se están construyendo, al igual que la Tenencia de Alcaldía. Allí vamos a ganar también espacio y privacidad para dar una mejor atención y servicio a los usuarios. Ya introdujimos en Lugones el servicio informático de gestión interna municipal, que agilizó mucho la gestión. Estoy muy contenta con el gran esfuerzo que hace el personal de Servicios Sociales.
- ¿Qué le queda pendiente?
-Reordenar las ayudas y el servicio, dar una solución a las familias de Sierra de Granda o poner en marcha en El Berrón la mediación vecinal. En el área de Igualdad, sigue el problema de la violencia de género encima de la mesa y siga habiendo asesinadas. Pero estoy muy satisfecha con el funcionamiento de la Comisión Mixta.
