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Del aula a la tienda con un click

Cinco alumnos de 15 años del colegio Los Robles comercializan con su propia empresa una pinza multiusos diseñada por ellos con tela y dos imanes: "Costó pero salimos adelante"

Gonzalo Riesgo, Álvaro Suárez, Jaime Verdín, Daniel Costoya y Raymond Debaso, con el click diseñado en el colegio llanerense. MANUEL NOVAL MORO

Los cinco alumnos del colegio Los Robles, de Llanera, que he forman la empresa que comercializa el "i-click", una sujección multiusos hecha de tela y con dos potentes imanes, son un ejemplo palpable de la dificultad que entraña tener iniciativa y poner las ideas en práctica.

Gonzalo Riesgo, Daniel Costoya, Jaime Verdín, Raymond Debaso y Álvaro Suárez decidieron sumarse a la iniciativa de formación de empresas promovida por el propio centro, y en la que participaron otros cinco grupos de estudiantes. Se trataba de desarrollar una idea comercial y de ponerla en práctica. No en un entorno cerrado y protegido sino en el mercado. Una empresa de verdad. Su propuesta, el "i-click", fue un objeto multiusos con el que esperaban y esperan que la gente se familiarice. Sirve como llavero, como clip, para enrollar cables (los de los auriculares, por ejemplo), como marcapáginas o como la imaginación de cada uno quiera darle uso.

Pero lo interesante de la iniciativa, más allá de la calidad del producto, es el aprendizaje que ha supuesto para los jóvenes emprendedores -alumnos de cuarto curso de ESO, ninguno de ellos pasa de los quince años-, que han comprobado fehacientemente que una cosa es tener una idea y otra muy distinta ponerla en práctica, y otra más difícil todavía es hacerlo con éxito.

Porque desde un principio la idea les trajo quebraderos de cabeza. Nada salía como ellos esperaban. Por ejemplo, su intención era que el "i-click" estuviera hecho de cuero. Para ellos, además de la utilidad primaba la elegancia, y el cuero era un material que podía darle mucha.

Sin embargo, en seguida comprobaron que el material entrañaba muchas dificultades a causa de la interacción de los imanes con las máquinas.

Entonces, decidieron cambiar el material, y optaron por la tela. "Buscábamos la sencillez, y decidimos que tendría una estética parecida a la que habíamos pensado para el cuero, pero realizada en tela", explica Jaime Verdín. Buscaron entonces las telas más adecuadas y se pusieron manos a la obra.

Literalmente, porque es un producto totalmente artesanal, lo que por otra parte lo hace más especial. Hasta que consiguieron dar con el diseño definitivo tuvieron que darle muchas vueltas y tener varios intentos fallidos, que hicieron que se gastasen el dinero que habían empleado en capitalizar la empresa.

"Nos costó mucho esfuerzo y trabajo, pero salimos adelante", dicen. El siguiente paso, una vez que consiguieron cerrar el producto, fue empezar a comercializarlo y a promocionarse. Lo han empezado a hacer a través de las redes sociales y de una página web, y han establecido también contactos con comercios de Oviedo para darse a conocer en la distancia corta.

Y tampoco les faltan clientes en el propio centro educativo, donde el "i-click"se está haciendo bastante popular, según aseguran.

Su idea es seguir adelante con la iniciativa, y conseguir que el producto se extienda. Y tienen, además, un buen motivo añadido para buscar su éxito: una faceta solidaria. Se han puesto en contacto en Oviedo con Caritas Parroquial y las Misiones Diocesanas para cederles parte de los beneficios que saquen de la venta de cada "i-click". Cabe esperar que este sea solo el principio de una trayectoria llena de iniciativas. Han empezado pronto, con ánimo y empuje, y ya saben lo que es luchar por una iniciativa.

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