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JAVIER GURDIEL | Director del colegio Covadonga de Noreña

"Cambian los alumnos y la sociedad, pero la escuela, tristemente, poco"

"De los jóvenes de 6.º de Primaria o incluso 1.º de la ESO, si consigues empatizar con ellos, puedes conseguir lo que quieras"

Javier Gurdiel. ANDRÉS ILLESCAS

Javier Gurdiel es el director del centro concertado Nuestra Señora Covadonga de Noreña. Lleva toda la vida en la educación y es licenciado en Biología. A dos años del retiro, conoce bien la educación en Asturias cómo afecta al alumnado "el mundo cambiante en el que vivimos".

- Un veterano de la educación.

-Llevo treinta y seis años en el colegio. Saqué la licenciatura en biología posteriormente, pero siempre digo que yo soy de profesión maestro.

- ¿Por qué esa distinción entre el que es maestro y el que da clase?

-Dentro de la formación del profesorado hay una rama que se llama la didáctica. No es necesario que un licenciado sea maestro para impartir clase, pero sí debe conocer la didáctica de la materia que imparte. Cada una tiene sus peculiaridades. Hablamos no solamente de metodologías, si no de la manera de hacer el aula. Cómo presentar la materia y hacerla accesible a los alumnos, facilitar que ellos vayan aprendiendo.

- ¿Ejercen en gran medida como educadores?

-Una cosa importante es que la educación es tarea de las familias. Nosotros tenemos que colaborar. Llevamos a cabo unos planes de acción tutorial que implican no solamente la intervención en el aula, sino, incluso, el acompañamiento personal de cada uno de los alumnos, en la medida que puedan necesitarlo.

- ¿Cómo llega usted a ellos?

-Por ejemplo, hoy (por el jueves) empezamos haciendo una reflexión sobre cómo todas las mañanas yo me encuentro con un vecino a la misma hora. Pero estando en el mismo lugar y a la misma hora, estamos en dos momentos vitales diferentes. Él lleva trabajando toda la noche y yo empiezo mi jornada. Eso se trata de cómo ve el día y ese momento de manera distinto al mío, debemos ser empáticos. Saber tener un pensamiento propio y crítico, eso es fundamental.

- Los maestros pueden que sepan más la vida del alumno que sus propios padres

-Hay que diferenciar. Para un crío de Primaria lo que dice su padre va a misa. Es importantísimo, ahí es donde los progenitores deben marcar criterios, normas y establecer los cauces. En la medida que el crío va creciendo, su campo de influencia sobre él va ampliándose. A los jóvenes de quinto, sexto de Primaria o incluso primero de la ESO, si consigues empatizar con ellos, puedes conseguir lo que quieras. Más adelante la relación de iguales gana peso. Lo que digamos, tanto la familia, como los profesores, al lado de lo que les diga su propio grupo de amigos, les vale lo mismo o menos.

- ¿Cómo han cambiado las generaciones?

-Hubo es un cambio social importante. Los chavales, incluso los profesores, son hijos de ese cambio social. Cuando empezamos, hace treinta años, todo era distinto. Podías llamar a los padres por cualquier cosa que ocurriera y ellos marcaban el criterio, punto, no había más. Tengo la anécdota de informar a una madre de que su hijo estaba pirando clase y traérmelo cogido por las orejas. Por lo demás, no hay mucha diferencia entre ellos. Ya no vivimos en una sociedad de seguridades, sino en el mundo líquido, permanentemente cambiando. Su pensamiento es totalmente fluido. Se están preparando para un trabajo que aún no existe. En mi época sabias lo que iba a haber.

- ¿Se ha adaptado la educación a este nuevo mundo?

-Tristemente, la escuela como institución ha cambiado muy poco. Piensa que seguimos con la misma estructura de materias que hace muchos años. Cambian los alumnos, la sociedad y la escuela tiene que hacer un cambio.

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