Aunque la cosecha de este año ha sido más escasa por culpa del mal tiempo, la calidad no falló. Así lo destacaron en la XXX Feria de Les Fabes de Argüelles los ocho productores que ofrecieron sus legumbres de la marca comercial "Vegargüelles", y acogidas a la IGP Faba Asturiana. Pusieron a la venta unos 1.000 kilos de alubia, de una producción que estima que es la mitad del año pasado, que fue de récord. A pesar de la escasez, mantuvieron el precio de 13 euros.

Pero si por algo destaca la faba de esta parroquia de Siero es por su calidad. Bien lo saben Ángeles Varela y José Ascaniz, de El Berrón, que acudieron a las escuelas de Argüelles a comprar este producto tan señero de la zona. "Son buenas y siempre tuvieron fama", apuntó Varela, que cultiva, pero que señala que "este año no hay". Así que toca reforzar las existencias domésticas.

Amelia Álvarez, de Gijón, también compró fabes en Argüelles porque "este año hay pocas y tienen buena fama". La acompañaban Laura Lagunilla y José Menéndez, que tienen vivienda en la localidad. "No plantamos y venimos a comprar fabes de la zona, porque son muy buenas y siempre venimos aquí", indicaron.

Olga Álvarez y José María Martínez son clientes habituales. Residen en La Fresneda y acuden todos los años a la feria porque utilizan habitualmente esta alubia en la cocina, no sólo en fabada. "Valoro que se queda bastante entera al cocinarla, no se separa el piel y el tamaño es el adecuado", explica ella. Él destaca, en defensa del producto autóctono, que "no se parece nada a las que vienen de fuera".

Para Isabelita Iglesias, productora local, el secreto de esta faba "debe ser la tierra de barreda", que le da esas características de que "son finas y no se deshacen". "La cosecha no fue tan grande como la del año pasado, pero no nos quejamos", agregó. Martín Sánchez también estima que la producción de esta campaña es la mitad de la pasada porque les afectó especialmente el retraso a la hora de sembrar y el tiempo después tampoco acompañó. Pero esto no ha impedido que mantengan las características que les dan fama: "mantecosidad, son pura manteca, crecen el doble en la pota, no se rompen y tienen la piel fina". Se decanta por la faba seca, "por su sabor y todo", frente a la verde, que se hace cada vez más hueco en los restaurantes por la comodidad de que al no haber sido deshidratada no requiere estar a remojo unas horas antes de cocinarlas.

"Son muy finas, no rompen y son muy buenas, por algo son de cinco estrellas", subraya Carmen Prado. Para Celia Vallina, después de las vicisitudes de la temporada, la cosecha resultó "bastante buena", por su calidad, calibre y color. Santiago Galán reconoció que están "satisfechos" con la campaña.