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FAUSTINO LÓPEZ | Profesor de Filosofía y escultor, inaugura hoy su exposición "Preludio del aire" (19.00 horas) en el Museo Antón de Candás

"Si a los jóvenes alguien les muestra el arte con cierto cariño, se acercan"

"Es una pena que se pueda perder lo más valioso que hemos hecho: lo artístico, la ciencia, la filosofía; ahí está, quizás, lo más prodigioso"

Faustino López. FERNANDO RODRÍGUEZ

Profesor de Filosofía jubilado, el berciano Faustino López (San Juan de la Mata, 1956) lleva más de 40 años creando esculturas móviles. Hoy (19.00 horas) inaugura la exposición "Preludio del aire" en el Museo Antón de Candás, con 32 piezas suyas. La muestra estará abierta al público hasta el próximo 24 de marzo.

- Usted ha sido profesor de Filosofía y, además, es artista. No es una mezcla habitual.

-No es muy frecuente. Hay algún caso. Se cuenta que Platón era poeta antes de ser filósofo; Nietzsche, del que siempre se dijo que era filósofo artista, poeta, compositor; y Wittgenstein, que también jugó un poco a ser arquitecto.

- ¿Cómo lo conjuga?

-Nietzsche hablaba en "El origen de la tragedia" de las dimensiones apolíneas y dionisíacas; una relacionada con la razón y otra con la pasión. Yo, afortunadamente, pude ser profesor de filosofía y por las tardes, en los ratos libres y vacaciones, dejarme arrebatar por esta pasión de hacer esculturas móviles y pintar.

- ¿Desde cuándo convive con esta dualidad?

-A los 18, más o menos, comencé a pintar. Y en la escultura me inicié en torno a los 25 años.

- Usted crea, principalmente, esculturas móviles, lo que además de un trabajo creativo requiere otro más técnico, de cálculo de estructuras.

-El creador y descubridor de la escultura cinética fue Alexander Calder. Él era de formación ingeniero industrial y acabó siendo artista. Yo no soy ingeniero, pero tengo un hijo que sí lo es y también me ayuda. Además, también hay cosas que calculo yo y otras que, por supuesto, se hacen por ensayo-error e intuición. Se dibuja, se calcula, se piensa...

- ¿Es más complicada esa parte técnica o la artística?

-Hay una frase de Calder que decía: "Si se puede imaginar, se puede hacer". Casi lo más difícil es imaginarlo. Luego, al cabo de las semanas, vas tramando de alguna forma el método para hacerlo, para ver si lo logras. No siempre se consigue. Hay piezas que salen mejor, otras peor...

- ¿Cómo convive su lado artístico con la frustración de no obtener el resultado imaginado?

-Más que frustración, yo diría que lo que genera es insatisfacción. Yo utilizo materiales bastante ligeros para que no pesen mucho y puedan moverse en el aire. No siempre logro los resultados esperados, pero tampoco es para echarse a llorar.

- ¿Comenzó con este tipo de escultura o se inició con algo más convencional?

-Juraría que empecé por la cinética. En algún momento, en libros de Historia del Arte o en museos, como el Reina Sofía (Madrid), donde hay varias obras de Calder la descubrí. Creo que fue como una revelación: "Caramba, esto es lo que me gusta a mí". Y por ese camino continué. De los cientos de piezas que he creado, quizás sólo tres no se mueven.

- Ha trabajado durante más de 20 años como profesor de Filosofía en el instituto de La Magdalena (Avilés). Por su experiencia, ¿cree que a los jóvenes de hoy en día les interesa el arte o pasan de ello?

-Seguramente sí pasan bastante. Están abducidos por las redes sociales y el móvil. Pero aun así, si alguien se lo muestra con cierto cariño, sí se acercan. En La Magdalena había profesores excelentes que sabía cómo hacerlo. Incluso yo, en 1º de Bachillerato, también toqué con ellos el arte desde la estética. Si lo explicas bien, para que no parezca chino, se logra. Es más bien una cuestión pedagógica. Lo que pasa que en ciertos planes de estudio quizás no interesan mucho las humanidades, el arte, la música...

- ¿Ha quedado lo artístico como algo secundario o como una actividad opcional o extraescolar?

-Por desgracia está en un segundo plano. También por otro lado, hay otras disciplinas, como la música clásica, que deberían intentar contactar más con los jóvenes. Pero lo que me parece una pena es que se pueda perder lo más valioso que hemos hecho los humanos: el arte, la ciencia, la filosofía... ahí está, quizás, lo más prodigioso.

- Hoy inaugura exposición en el Museo Antón. ¿Cómo la definiría?

-Puede ser una experiencia divertida, ya que hay pocos artistas que se dediquen a la escultura cinética. Tiene movimiento, alegría y bastante optimismo y vitalismo. Confío en que sea agradable e interesante para los visitantes. Además, el museo es preciosísimo y no muy grande. Son tres salas que se recorren con facilidad.

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