Una escritura del 29 de abril de 1753 da la razón a la parroquia rural de Taja (Teverga) en el litigio que mantenía contra la Consejería de Desarrollo Rural por el deslinde de un monte de utilidad pública, identificado como número 41. Así lo ha sentenciado el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), que ha anulado la resolución de la Consejería del 20 de noviembre de 2017.

Así, el nuevo deslinde debe partir del Punto Redondo y dirigirse hacia la Espinera del Collao del Arca, y de ahí al Pico Sobrepeña. A partir de esa ubicación la división discurre por el muro natural de piedra que divide los terrenos de Urria y Taja , para seguir por el muro artificial construido por los vecinos de Taja. Es el deslinde defendido por la parroquia.

Y se basa en el documento del siglo XVIII, en el que los vecinos de Urria acuerdan proceder al cierre y dividir los terrenos con los vecinos de Taja, quienes deben de construir un muro y mantenerlo "para que una vez reunidos, y llegado el caso, proceder a otorgar escritura con el fin de evitar pleitos y no se produzcan desgracias por defender sus pastos".

"La expresión 'desgracias por defender sus pastos' es más propia de la época y tampoco consigue la escritura 'evitar pleitos', pero ha sido determinante en el fallo", estima la presidenta de la parroquia rural, María Teresa Suárez Menéndez. El documento del siglo XVIII ha sido la clave para ganar el litigio.

La parroquia demandaba que se incluyera este documento para hacer el deslinde, aunque el Servicio de Montes del Principado de Asturias nunca lo tuvo en cuenta. Y así lo aprecia la sentencia: "No existe ninguna duda de la obligación de examinar por parte de la administración, tanto por el órgano jurídico que debe informar como por el que debe resolver, de toda la documentación aportada por las partes". La parroquia detalla que acudió a los tribunales para defender sus derechos y señalan que el órgano ni si quiera examinó la documentación que aportaron.

También critican al Ayuntamiento porque "en ningún momento escuchó ni se reunió con la parroquia, y aportó un informe de un ingeniero técnico forestal desconocedor de los usos y costumbres y basado en suposiciones no contrastadas".