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El Santo Ángel de la Guardia se festeja en casa

"Prendes es la parroquia más pequeña pero donde más se saca en la subasta del ramu", presumen los vecinos

La procesión, desde la iglesia hasta la ermita del Santo Ángel de la Guardia, ayer. A. F. V.

"Que se entere la gente: la de Prendes es la parroquia más pequeña pero donde más se saca por la subasta del ramu". Y si hace una mañana primaveral como la de ayer, más todavía. Vecinos y allegados disfrutaron ayer del a misa y procesión por el Santo Ángel de la Guardia, que además de una jornada de celebración, sidra y empanada también dejó la friolera de 1.835 euros.

La cosa quedó en casa. Y, además, en todos los sentidos. Primero porque a buena parte de los asistentes les une el apellido Morán, "que llevan buena parte de los vecinos de la parroquia"; segundo porque la sidra y las empanadas subastadas se comieron allí mismo, en plena puja, entre todo el pueblo; y tercero porque más de uno de los que llevaron productos para subastar, acabaron comprándolos para llevarlos de vuelta a casa.

José Santiago Piñón fue uno de ellos. Se alzó con la que fue una de las pujas más disputadas de la mañana: un lacón de unos diez kilos que tras superar las pujas de otros dos compradores terminó llevándose por 145 euros. "Lo traje yo y me lo llevo yo", confiesa, riéndose y por lo bajini, mientras lo guarda en una esquina de la ermita para seguir.

Pero Piñón no fue el único que se hizo trampas a sí mismo en la puja. Lo mismo hizo su vecina, María García. "Yo traje tres kilos de fabas con un décimo de lotería", cuenta también riendo, mientras muestra con orgullo su adquisición. "Este año las fabas me habían salido ruinucas, así que no podía dejar que las llevase nadie", dice entre carcajadas.

En Prendes hablar del apellido Morán es hacerlo de casi cualquier vecino. Pero en Asturias si nos referimos a él dentro del ámbito de la gastronomía, sólo hay una familia: La de Casa Gerardo. Pedro Morán también fue uno de los que ayer participó en la subasta.

"Esto se hace por colaborar y por tradición", destaca el cocinero con estrella Michelin, que ayer ofreció para subasta un vino Vega Sicilia que volvió a llevarse para casa. "Esta fiesta es en la que más sube el ramo de todo el concejo", presume el chef.

A Carmen Muñiz, que acudió acompañada de tres amigas de Gijón, tampoco le dolieron prendas pagar 40 euros para una empanada que se comió entre todos los vecinos. "Hombre, no vamos a venir de papo, ¿no?", resalta entre risas, mientras sus acompañantes, algunas "debutantes" en la celebración y otras no, disfrutaban del día, del sol, la sidra y, por supuesto, de la empanada: "Estamos encantadas. Es una fiesta preciosa"

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