La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los hosteleros de Candás comienzan las clases de inglés ante la cumbre europea

El sector, "muy motivado" para dar la mejor imagen a los 350 delegados de la UE

Por la izquierda, Melquíades García, Cristina Solla, Pilar Gutiérrez y Nick Fuller, ayer en la primera sesión de las clases de inglés, celebrada en el polivalente de Candás. A. F. V.

Carreño quiere mostrar su mejor imagen a los 350 visitantes que llegarán a Candás el próximo noviembre con motivo de la celebración del Parlamento Rural Europeo. Y los hosteleros y hoteleros no quieren ser menos. Por eso, una docena de profesionales de ambos sectores comenzaron ayer un curso de inglés organizado por el Ayuntamiento con el que pretenden adquirir unos conocimientos básicos para atender a los foráneos: "Estamos muy motivados".

La de ayer fue la primera jornada del curso y, más que nada, tal y como reconoce el director de la formación, Nick Fuller, sirvió de toma de contacto y para testar el nivel del alumnado. Tal y como ellos mismos reconocen, el listón no está muy alto, pero confían en que las tres semanas de formación que recibirán en marzo y las otras tantas a las que asistirán en octubre, les sirvan para conseguir unos mínimos que garanticen un buen servicio.

"Ante todo seremos prácticos y potenciaremos la expresión oral", explica Fuller, una vez visto el nivel del alumnado. Uno de los principales objetivos marcados en la hoja de ruta del profesor británico es que los estudiantes pierdan el miedo a hablar en inglés. "Es vital", reconoce.

Así lo reconocen también los ahora estudiantes, que cambian las horas detrás de la barra o el mostrador por la silla y el pupitre. "Hablar inglés es fundamental para nuestro trabajo. Cada año vienen más extranjeros a Candás", asegura Melquíades García, quien reconoce haberse sentido frustrado en su trabajo en más de una ocasión por el desconocimiento de la lengua.

"Para mí es básico poder explicar a un visitante dónde puede ir a comer o qué lleva un plato. Hasta ahora lo resuelvo con dibujos o haciendo ruidos: Por ejemplo, para decir que una elaboración lleva ternera, hago el mugido de una vaca", reconoce Pilar Gutiérrez, maître en un popular hotel de Candás.

"No es lo mismo decirle a un cliente que la habitación cuesta 'fifti' -por fifty, 50 en inglés- que 'fiftín' -por fifteen, 15 en la lengua anglosajona-. En estas cosas es en las que hay que prestar atención", apunta García, quien como sus compañeros, está seguro de que Candás dejará el listón muy alto.

Compartir el artículo

stats