Agentes de la Benemérita solicitaron al Museo de la Guerra Civil la retirada de varias granadas de su exposición, por carecer de la la documentación que garantiza que están desarmadas. En la inspección realizada por el Instituto Armado no se encontraron más deficiencias.

En total, son cuatro las granadas que el empresario Jorge Sandoval deberá retirar de su muestra, que actualmente se encuentra en una nave de Colloto (Oviedo), mientras consigue los fondos necesarios para acondicionar el búnker de El Cuetu (Lugones) como museo.

Ahora, una vez fuera de la exposición para evitar riesgos, Sandoval debe encontrar un experto que certifique que los explosivos están inactivos. Una tarea que, por lo que ha visto hasta ahora, no es nada fácil. "Está costando encontrar profesionales que hagan esta tarea", asegura el promotor del museo.

Con más de 300 granadas, Sandoval sostiene que la colección de su museo es la más importante del mundo en lo que a estos proyectiles se refiere. Sobre el resto de explosivos, asegura que la Benemérita no le ha puesto ninguna pega.

Tampoco por las armas expuestas, que, afirma, han pasado todos los controles de la Guardia Civil y que están al corriente en todo tipo de permisos. Éstas son manipulables por los visitantes durante las excursiones al museo. Las granadas, tal y como sostiene Sandoval, no.

Tras haber seguido las indicaciones del Instituto Armado y a la espera de encontrar un profesional que certifique las cuatro granadas que ya han sido retiradas de la colección, el museo sigue manteniendo su actividad con total normalidad.

De hecho, ayer se abrieron las inscripciones para participar en la segunda recreación histórica "Le Bocage", ambientada en las batallas francesas de la II Guerra Mundial tras el desembarco de Normandía.

Los interesados en participar en la cita, que se celebrará de 21 al 23 de julio, pueden formalizar sus inscripciones a través del teléfono 625424630 o del correo arhemasturias@gmail.com.

Ésta será la segunda edición de la recreación. En la primera, el año pasado, también se realizó un desfile con vehículos originales de la II Guerra Mundial, el primero de este estilo que se realizada en el Principado.

La actividad, así como la recreación y las exhibiciones de batalla que se celebraron en el parque de La Cebera, gozaron de gran acogida y afluencia por parte del público y de los empresarios locales. Se espera que este año puedan reeditar o, incluso, superar el éxito.