Las coles de Bruselas forman parte del abanico de verduras que se venden en el mercado de los martes de Pola de Siero. Aunque este año fue un poco flojo para este cultivo, según se quejan los vendedores, Celia Vallina ha tenido suerte, pues des le dio "bastante bien"; también sirvió que sembrara muchas. Vende la bolsa de 300 gramos a un euro y el producto tiene bastante acogida.
Parte del éxito de las coles de Bruselas es que son muy versátiles en la cocina. Recomienda darles "un hervor" y, una vez cocidas, se pueden preparar con jamón, carne picada o en menestra, como son muy populares. Pero también se pueden preparar al ajillo, como guarnición, salteadas, en ensalada, asadas e, incluso, a la parrilla. "A quien le gusta la verdura, las lleva", explica Celia Vallina, que las cultiva en su huerta de San Miguel de la Barreda.
La campaña de invierno ya se está acabando, pero se empieza a plantar ahora otra vez para recogerla en verano, en julio o en agosto. Las coles de Bruselas pertenecen a la familia de las crucíferas, que es la misma del brócoli, el repollo, la lombarda y la coliflor. Son primas. Destacan por su alto contenido en vitaminas, además de ser ricas en fibra y minerales, como el calcio y el hierro. Los expertos en nutrición también les atribuyen otros beneficios como que son antioxidantes, tienen efecto laxante por su contendio en fibra, aporta ácidos grasos omega-3, así como hierro, calcio, potasio, yodo, ácido fólico y agua. Son valoradas por su aporte proteico y por ser poco calóricas. Hay que tener cuidado con un elevado consumo de esta verdura porque puede producir gases.
Además de coles de Bruselas, Celia Vallina ofrece en su puesto una gran variedad de productos de la huerta, incluidas fabes de Argüelles. Cuando se quedó sin trabajo encontró en el campo una salida laboral con la que está encantada.
